¿QUÉ ES LA SOLEDAD?

Vivimos en una sociedad en la que muchas personas se sienten solas. Motivo por el cual experimentan tristeza y desamparo al no poder relacionarse con otras personas que les brinden el cariño y el apoyo social que todos necesitamos a lo largo de nuestra vida.

Ahora bien, es importante tener en consideración que no es lo mismo estar solo que sentirse solo. Sentirse solo es uno de los factores que más problemas emocionales en las personas. Pensemos cómo nos sentiríamos si no tuviéramos a nadie con quien compartir nuestras experiencias, poder salir al cine o realizar cualquier otra actividad y recibir el afecto de los demás. La soledad también tiene repercusiones en nuestra salud física (insomnio, mayor riesgo de contraer enfermedades, etc).

Cuando nos sentimos solos es cuando la soledad no es algo que nosotros hayamos elegido y, por tanto, nos podemos sentir rechazados, despreciados o vacíos. Cuando nos sentimos solos se produce una discrepancia entre el número de relaciones que mantenemos (pocas relaciones, nulas o poco satisfactorias) y las que deseamos.

Es importante tener en cuenta que la soledad no siempre tiene no siempre tiene que ver con  sin otras personas porque también depende de la percepción de estar solo o aislado. Por ejemplo, podemos tener pareja pero no sentirnos comprendidos y amados; tener amigos, pero sentir que no confían en nosotros o no confiamos nosotros en ellos; jóvenes o ancianos que no se sienten comprendidos o apoyados por sus padres o hijos respectivamente, etc.

¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DE LA SOLEDAD?

Las causas de la soledad son múltiples. Entre ellas, destacan las siguientes:

– Comunicación fría e impersonal

– Vida en las grandes ciudades: es habitual observar que en la ciudad ver cómo las personas viven de forma “acelerada”, yendo de aquí para allá de forma apresurada sin demasiado tiempo para comunicarnos con otras personas. En general, en las ciudades no solemos relacionarnos con desconocidos y, ni siquiera, sabemos quiénes son nuestros vecinos.

– Pérdida de un ser querido: cuando perdemos un ser querido tenemos una sensación de vacío tremenda, máxime si no disponemos de un entorno familiar y social que nos proporcione el cariño y apoyo  necesarios en un momento tan difícil. El sentimiento de vacío más enorme si cabe, cuando el tiempo empleado en cuidar a la persona fallecida ha sido grande.

– Separación o divorcio de la pareja o soltería no deseada: el divorcio o separación de la pareja es otro de los factores que pueden hacer que nos sintamos solos o fracasados. .Lo que antes hacíamos con nuestra pareja, ahora lo tenemos que llevar a cabo nosotros mismos sin la ayuda o colaboración del otro/a y, por supuesto, la persona “dejada” siente mayores sentimientos de falta de cariño e incomprensión.

Es importante que pensemos que no solo los adultos se sientes solos, sino que los hijos también se tienen que adaptar a una situación nueva, en la que ya no pueden compartir las 24 horas del día con sus padres en el mismo hogar.

– Déficit de habilidades sociales: muchas personas no han aprendido o desarrollado recursos para saber relacionarse con los demás de forma satisfactoria. En este caso, les faltan o no aplican bien las habilidades necesarias para iniciar o mantener conversaciones, saber expresar sus sentimientos y necesidades, saber dar y recibir elogios, aceptar y realizar críticas constructivas, etc.

– Otros problemas psicológicos:  por ejemplo, estar atravesando una depresión, no sentirse seguros, la baja autoestima, la inseguridad… son problemas emocionales que hacen que existan problemas de comunicación y relación con los demás y suponen una pérdida de confianza en uno mismo. Todo ello, incrementa los sentimientos de soledad e incomprensión.

– Problemas en nuestras relaciones: Los conflictos que puedan surgir con nuestras parejas, familiares, amigos o compañeros de estudios o trabajo…- si no somos capaces de resolverlos- pueden hacer que perdamos la confianza en esas personas y nos sintamos incomprendidos y nuestra confianza y comunicación se rompan.

– Cambios: la jubilación, quedarse en el paro, cambiar de ciudad o trabajo…son situaciones que pueden incrementar el sentimiento de soledad. Pensemos que en el trabajo pasamos gran parte del día relacionándonos con nuestros compañeros y cuando nos jubilamos, pasamos a tener gran parte de nuestro tiempo sin saber qué hacer y sin las personas con las que hemos convivido durante muchos años. De igual forma que con la jubilación, quedarse sin empleo, impide el contacto con nuestros compañeros de trabajo y la relación con los demás que sí tienen ese tiempo ocupado con sus quehaceres laborales.

Otros cambios como ir a vivir a otra ciudad, trabajar desde casa, una enfermedad que nos imposibilita…nos pueden también afectar en nuestras relaciones.

– Edad: en cualquier ciclo vital, podemos sentirnos solos, si bien es cierto, que  adolescentes y ancianos suelen ser más vulnerables a este sentimiento.

La adolescencia es una etapa en la que vamos conformando nuestra personalidad y en la que la aceptación por parte de los demás, es importantísima para sentirse seguros y sin complejos. Los adolescentes con dificultades de relación social tienen graves problemas al no sentir que hacen lo mismo que sus compañeros y se sienten rechazados. Por otra parte, los jóvenes son los que más utilización realizan de las Nuevas Tecnologías y, en ocasiones, su uso desmesurado les conduce al aislamiento.

Los ancianos también son más vulnerables a sentirse solos porque esta sociedad valora de forma exagerada la juventud y “aparca” a los ancianos y les presta menos atención. Asimismo, los problemas de movilidad o salud que puedan tener, suponen limitaciones a la hora de salir de casa o de realizar actividades que antes sí podían lleva a cabo sin problemas. Otros factores que contribuyen a la soledad de los ancianos son la viudez, el poco tiempo que sus hijos pueden dedicarles, etc.

– Redes sociales: el uso desmesurado de las redes sociales favorece que en lugar del contacto directo -cálido y próximo-, se utilicen redes sociales, whatsApps –que proporcionan una comunicación más fría y distante. Digamos que el acompañamiento es “virtual” con personas que, incluso, pueden no ser ellas mismas de verdad y construir otras identidades que no se corresponden con la realidad.

– Tipo de educación recibida: Los niños con padres excesivamente protectores, que no favorecen la relación con otros niños, muy desconfiados, etc. generan estilos de crianza en la que los niños de pequeños y adultos se pueden sentir más aislados.

¿CUÁLES SON LAS CONSECUENCIAS DE LA SOLEDAD?

La soledad causa múltiples consecuencias negativas en las personas que la padecen tanto a nivel físico como emocional. Algunas de las consecuencias, son las siguientes:

– Depresión y ansiedad.

– Emociones negativas: sensación de abandono y vacío, miedos, incertidumbre…

– Pensamientos negativos: las personas solas tienden a ser excesivamente críticas con ellos mismos y con los demás

– Generar relaciones dependientes o “tóxicas” debido a la necesidad desesperada de sentirse aceptado y no estar solos.

–  Dificultades para entablar relaciones sociales o profundizar en ellas.

– Baja autoestima y percepción negativa de uno mismo.

– Problemas físicos: problemas de atención y concentración, problemas del sueño y alimentación,  reducción en la mielinización cerebral (inhibiendo la facultad de ser flexibles y y tolerantes…), degeneración del tejido neural, demencias, hipertensión, mayor probabilidad de contraer enfermedades…

– Abuso y/o dependencia de sustancias o conducta adictivas (alcohol, porros, antidepresivos,  adicción a la comida, a las compras…)

¿PODEMOS AYUDARTE SI TE SIENTES SOLO?

Muchas personas que vienen a nuestra consulta porque se sentían solas, han conseguido gracias a nuestro asesoramiento, sentirse bien con ellas mismas y dinamizar su vida,  eliminando sus sentimientos de vacío, aprendiendo a hacer cambios en sus vidas que favorezcan relaciones y actividades.

En primer lugar, te escucharemos y analizaremos contigo los motivos por los que te sientes solo, evaluando las causas o factores que te han conducido a la soledad. Una vez identificados los problemas que están haciendo que te sientas solo (baja autoestima, déficit de habilidades sociales, conflictos, cambios en tu vida- trabajo, ruptura con pareja o amistades, etc.-…, te enseñaremos las estrategias más adecuadas, en función de tus necesidades.

Conseguirás confiar en ti mismo y en los demás, favoreciendo la interacción positiva con los demás. Aprenderás a conectar con los demás y que los demás conecten contigo, valorando que lo importante no es la cantidad de relaciones, sino la calidad de la