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Tratamiento de Trastornos de síntomas somáticos
En Valencia puedes encontrar tratamiento para los Trastornos de síntomas somáticos y otros trastornos relacionados en el Centro de Tratamientos Psicológicos Consuelo Tomás.
Trastornos de síntomas somáticos y Trastornos relacionados
Muchas personas que acuden a nuestra consulta, presentan dolor crónico, fibromialgia, problemas gastrointestinales, somatizaciones diversas…Estas personas acuden frecuentemente al médico de atención primaria o de especialidades y, tras las exploraciones y pruebas diagnósticas pertinentes y necesarias para diagnosticar y/o poder descartar patología orgánica, no se encuentran datos o los que se encuentran no justifican el gran malestar y sufrimiento que experimentan.
El rasgo común a estos trastornos es la presencia de síntomas físicos que no pueden explicarse completamente por una enfermedad física, ni por los efectos directos de sustancias, ni por otros problemas psicológicos (por ejemplo, una crisis de ansiedad). Los componentes psicológicos y/o emocionales, juegan un papel determinante la evolución de estos problemas porque, aunque exista una enfermedad médica, el malestar y deterioro producido por los síntomas de la enfermedad, son excesivos y desproporcionados.
La mayor parte de las veces tu familia y su entorno, no comprenden y/o se cansan de estas situaciones, lo que hace que todavía te sientas peor. Sin embargo, aunque los síntomas puedan parecer extremados o exagerados, tu sufrimiento es siempre real.
Es frecuente utilizar fármacos para aliviar las molestias y, pocas veces, te plantees buscar un tratamiento psicológico que es necesario e imprescindible para poder mejorar tus síntomas. La utilización de diferentes técnicas o procedimientos psicológicos en nuestra consulta, siempre se adaptarán a tus necesidades y te ayudamos a reducir tu sintomatología, a la vez, que te ayudaremos a analizar y resolver contigo, todos los factores que están a la base de los problemas psicosomáticos o psicofisiológicos que estás experimentando.
Somatizaciones
Si tienes somatizaciones te encuentras mal y tienes un historial de múltiples y repetidos síntomas físicos, que hacen que busques atención médica o que te provocan un deterioro importante en las actividades (sociales, laborales…).
Los síntomas pueden ser de diferentes tipos: síntomas dolorosos: dolor de cabeza, abdominal, de espalda, al orinar etc. o dolores difusos, gastrointestinales: náuseas, vómitos, diarrea, flatulencia…síntomas sexuales: indiferencia sexual, disfunción eréctil, menstruaciones irregulares, dolor durante la menstruación o durante el acto sexual, etc. y síntomas pseudoneurológicos: alteraciones de la coordinación psicomotora o del equilibrio, parálisis o debilidad muscular, dificultad para tragar, sensación de nudo en la garganta, afonía, retención urinaria, visión doble, pérdida de memoria, etc. síntomas cardiopulmonares: dificultad para respirar, palpitaciones, mareos… otros cuadros: fatiga crónica, alergias, etc.
Todos los síntomas no se explican por la presencia de una enfermedad médica o por los efectos directos de drogas o fármacos. En el caso, de que exista una enfermedad física, tus síntomas y el deterioro producido por los mismos, son excesivos.
Si necesitas más información y asesoramientos, llámanos. Te informaremos y ayudaremos.
Trastorno de síntomas somáticos
Cuando una persona padece el trastorno de síntomas somáticos, tiene pensamientos desproporcionados y persistentes sobre la gravedad de los síntomas que tiene. Ocurre cuando los síntomas son sensaciones corporales normales o generan un malestar que, generalmente, no significa una enfermedad grave. En estos casos, se tienen niveles muy elevados de preocupación por la enfermedad porque piensan lo peor sobre su salud y, por este motivo, experimentan niveles de ansiedad elevados y dedican tiempo y energía excesivos en relación a los síntomas y salud, que se convierten en el eje central de sus vidas, interfiriendo negativamente en ellos mismos y la relación que mantienen con su entorno.
En cuanto a los síntomas, pueden ser específicos (por ejemplo, un dolor) o inespecíficos (por ejemplo, la fatiga). Este problema, habitualmente, se conoce como hipocondría.
Hipocondría
Todas las personas, a lo largo de nuestra vida, vamos a experimentar episodios de enfermedad que abarcan desde procesos gripales a otro tipo de enfermedades más graves. La enfermedad es un estado que, normalmente se soluciona en pocas semanas o, se puede convertir en una patología crónica (diabetes, hipertensión, etc.). A pesar, de que sabemos que podemos contraer alguna enfermedad, nuestra mente no se centra en la posibilidad de caer enfermos, sino todo lo contrario, no solemos pensar en ello.
Sin embargo, hay personas que se obsesionan con el tema de la enfermedad y tienen miedo a estar enfermos: no pueden dejar de pensar en que puedan estar enfermos, a pesar de gozar de buena salud o, en el caso de padecer alguna dolencia leve, la magnifican creyendo que es muy grave y que les puede costar la vida. Prestan atención excesiva al funcionamiento de su cuerpo, confundiendo respuestas normales de nuestro organismo que normalmente ignoramos, (latidos, cambios de temperatura, sudoración, movimientos peristálticos, tos ocasional…), con síntomas de una enfermedad grave.
Si crees que estás enfermo/a, aun estando sano/a, o ante cualquier enfermedad leve, reaccionas de forma desproporcionada padeces el problema de hipocondría. Es habitual que si tienes este trastorno acudas al médico repetidamente, y te sometan a pruebas y exploraciones médicas que pueden tener efectos secundarios y riesgos para tu propia salud, sin que la ausencia de pruebas o explicación de los especialistas, te tranquilicen y, al cabo de poco tiempo, tengas, de nuevo, la necesidad de volver a consultar al médico.
Es conveniente que, si tienes miedo a estar enfermo, sin que haya motivos para ello, nos consultes para que analicemos tu problema y venzas tus preocupaciones.
Trastorno de ansiedad por enfermedad
Las personas que vienen a nuestra consulta con el trastorno de ansiedad por enfermedad, que probablemente también conocerás como hipocondría, tienen una preocupación por tener o contraer una enfermedad grave, pese a que no existen síntomas somáticos o, si están presentes, son leves. Nos comentan que experimentan niveles de ansiedad elevados acerca de la salud y de la enfermedad y se alarman fácilmente con las enfermedades, si escuchan que alguien se ha puesto enfermo o leer o ver en televisión, noticias relacionadas con la salud. Asimismo, nos explican que, o bien, están pendientes de explorar y analizar su cuerpo y buscar información o, por el contrario, evitan ir al médico o realizarse pruebas médicas. Por ello, siempre los tratamientos que aplicamos en nuestra consulta, se adaptan a las necesidades de cada persona en particular. No solo ayudamos a la persona que sufre el trastorno de ansiedad por enfermedad, sino también asesoramos a los familiares para que sepan cómo actuar cuando les buscan para obtener su apoyo y consuelo. Es común que los familiares no sepan qué hacer y se genere tensión en el núcleo familiar.
Dolor crónico
Es habitual que, en algún momento de nuestra vida, tengamos algún tipo de dolor –de cabeza, en las articulaciones…-, que tratado adecuadamente (con la prescripción de analgésicos, antiinflamatorios por parte del médico o, simplemente con calor y reposo) se controla y desaparece sin mayores consecuencias.
Sin embargo, el dolor crónico se mantiene en el tiempo y se localiza en una o varias zonas corporales, cuya gravedad requiere de atención médica importante, a la vez que produce un malestar significativo y un deterioro en las actividades sociales, laborales…
Los factores psicológicos desempeñan un papel importante tanto el inicio, gravedad, exacerbación, como en el mantenimiento del dolor.
A su vez, el dolor crónico hace que se vean afectadas diferentes áreas:
- Funcionales: actividad física, rol laboral y/o familiar, autocuidado…
- Emocionales: tristeza, ansiedad, miedo, rabia, soledad, indefensión…
- Sociales: relaciones con la pareja, familia y/o amistades, formas de ocio…
- Cognitivas: problemas de atención, concentración y memoria
- Conductuales: dolor, abuso de medicación, visitas continuas a los médicos…
El tratamiento y apoyo psicológicos que ofrecemos en nuestra consulta es fundamental para que puedas afrontar adecuadamente tu problema del dolor crónico.
Trabajamos con una visión global y comprensiva, en la que te enseñaremos a manejar los pensamientos que aumentan tus síntomas depresivos o de ansiedad (sentirse inútiles, incomprendidos, estar pendientes del dolor y del efecto de los fármacos o tratamientos…), favoreciendo tu adherencia a los tratamientos, solucionando tus problemas de insomnio si los tienes, aprendiendo a ocupar el tiempo con actividades que sí puedes realizar, evitando que te centres en el dolor para no aumentar tu tensión o nerviosismo, etc. así como, asesorando también a tus familiares para que comprendan y puedan colaborar de forma más positiva. Piensa que no solo tú tienes el problema, sino que tus familiares también se sienten muy afectados y no saben cómo pueden ayudarte mejor o si lo que están haciendo es adecuado.
Fibromialgia
Es un tipo de dolor crónico generalizado no amenazante para la vida (aunque sí limita las actividades normales y estados anímicos de quién lo padece), de curso crónico pero no progresivo y de etiología desconocida, de más de tres meses de duración, en ambos lados del cuerpo, por encima y por debajo de la cintura, y con dolor en esqueleto axial, raquis cervical o tórax anterior.
Aunque el dolor músculo-esquelético es el síntoma principal, no es el único. Como en el dolor crónico, aparecen problemas de concentración y/o memoria, depresión, ansiedad, alteraciones del sueño, fatiga, cefaleas, adormecimiento de extremidades, etc.
Trastorno de conversión (Trastornos de síntomas neurológicos)
En algunos casos, hay personas tienen síntomas de la función motora o sensitiva, sin que haya una afección neurológica o médica. En cada persona, los síntomas se manifiestan en diferentes funciones: síntomas motores (debilidad o parálisis, movimientos anormales, como temblores o distonías, alteraciones de la marcha o postura anormal de los miembros), síntomas sensoriales (alteración, reducción o ausencia de la sensibilidad de la piel, la vista o el oído), reducción o ausencia del volumen de la voz (disfonía/afonía), la articulación alterada (disartria), la sensación de un nudo en la garganta (nudo) y la diplopía.
Todos estos síntomas interfieren negativamente en las diferentes áreas de vida (laboral, social, familiar, etc.)
Factores psicológicos que influyen en otras afecciones médicas
Hay personas que presentan factores psicológicos o de comportamiento que afectan negativamente a los síntomas, afecciones o enfermedades médicas que padece. Estos factores psicológicos pueden hacer que la persona no cumpla adecuadamente con el tratamiento prescrito o pueda aumentar o precipitar sus síntomas y pongan en riesgo su salud. Por ejemplo, de todos es conocido, que la ansiedad agrava el asma. Otros factores psicológicos pueden ser la negación de la necesidad de un tratamiento, el estrés que incrementa los problemas de hipertensión…
Trastorno Facticio
Las personas que simulan estar enfermos, incapacitados o lesionados, engañando a los demás, tienen un trastorno facticio. Utilizan métodos para exagerar, fabricar, simular e inducir los síntomas de enfermedad física o mental (por ejemplo, decir que se quiere suicidar, sin que sea cierto; simular mareos o pérdidas de conocimiento; manipular las pruebas médicas o tomar sustancias para alterar sus resultados; lesionarse o inducirse enfermedades a sí mismo, etc.).