Saber disfrutar el presente y de lo que nos rodea no siempre es fácil porque vivimos en una sociedad que va demasiado deprisa y en la que, las necesidades económicas, materiales, de imagen, etc. se convierten en imperativos que nos alejan de lo que realmente es importante.
Recordemos cuántas veces, en lugar de disfrutar del presente, nos sentimos anclados en problemas del pasado o, por el contrario, ya estamos pensando en nuevas situaciones u objetivos futuros. Ambas posturas nos generan sentimientos negativos (depresión, ansiedad, tristeza, insatisfacción…) y dificultan que nos impregnemos y sintamos bien y nos impiden valorar los pequeños momentos que nos ayudarían a mejorar nuestro bienestar físico y/o emocional.
Pensemos por un momento en todas las sensaciones agradables que experimentamos si tomamos un baño, nos dejamos envolver por el cariño que damos y recibimos de nuestros allegados, nos concedemos la posibilidad de poder dar un paseo sin prisas, estamos tumbarnos dejando la mente en blanco, nos deleitamos contemplando un amanecer, nadamos a un río, andamos descalzos/as por la hierba o por casa, hablamos con un amigo que hace tiempo que no hemos visto, conversamos con familiares y amigos, alargamos una velada sin pensar si al día siguiente nos espera el trabajo o estudios, sentimos el olor de los árboles en los jardines, hidratamos nuestra piel, adornamos nuestra casa con un ramillete de flores, vamos andando al trabajo o instituto, respetamos y nos enriquecernos con otros puntos de vista…
Cualquier momento, p0r muy pequeño que sea, es una gran oportunidad para disfrutar el presente y, lo que es más importante, sabiendo que, afortunadamente, el dinero no lo compra todo. Saber que nuestra capacidad de disfrutar, depende de nuestras actitudes y forma de entender nuestras vivencias, nos ayudará a comprender que cualquier instante puede ser una ocasión maravillosa para sentir que somos afortunados y alejaremos nuestras preocupaciones, sentimientos de depresión o tristeza, nerviosismo o ansiedad…
Aprendamos a disfrutar del presente. Ayer fue ayer y el mañana aún está por llegar. Ahora es cuando puedo disfrutar y sentirme vivo/a y ser yo mismo/a.
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