La frustración es un sentimiento negativo y desagradable que experimentamos cuando no conseguimos lo que deseamos. La frustración aparece en todas las épocas de nuestra vida. Es común observar cómo ya, desde muy pequeños, si no se les da a los niños todos los caprichos que nos piden o no consiguen lo que pretenden, se sientan enfadados, cabreados, con síntomas de ansiedad o depresión, tristes… y, pueden aparecer las “rabietas”. Conforme nos vamos haciendo mayores aprendemos a tener más tolerancia a la frustración y a demorar nuestras fuentes de gratificación o recompensa. Sin embargo, no siempre somos capaces de generar respuestas adecuadas y no sabemos cómo superar la frustración.
No todas las personas experimentan los mismos niveles de frustración porque podemos disponer de habilidades para gestionar y afrontar adecuadamente la forma en que resolvemos nuestra frustración. Como en otros problemas psicológicos, es fundamental nuestra actitud y la forma de entender nuestras vivencias a partir de las situaciones externas que vivimos en el día a día.
Algunas claves para aprender cómo superar la frustración, son las siguientes:
- Es importante que intentemos conseguir nuestros objetivos, aunque no siempre tengamos el resultado que esperamos. Nos ayudará valorar nuestro esfuerzo y ser conscientes de que todo no puede ser “perfecto” en nuestras vidas.
- Hay aspectos que no dependen de nosotros mismos exclusivamente (que nos quiera alguien que hemos conocido y por el que sentimos atracción, cambio de horario de trabajo, etc.) El punto de vista de los demás también cuenta y no necesariamente debe coincidir con el nuestro.
- Sé positivo y no te encierres en el victimismo. Si solo nos centramos nuestros aspectos negativos no dejaremos de sentirnos mal.
- Sé objetivo. Si analizamos nuestras vidas, siempre encontraremos muchos aspectos que nos llenan de bienestar y son fuentes de satisfacción en la vida por muy pequeños que sean, pese que algunas cosas no vayan cómo esperamos.
- Valora tus logros y siéntete orgulloso de haberlos alcanzado y no te obsesiones con los que no has conseguido. La botella está medio llena, no medio vacía.
- Es más, disfruta de cada experiencia o reto que has alcanzado, y no te embarques inmediatamente en otras metas. Saborea lo que has logrado y evita tener siempre un nivel de exigencia elevado.
- Date tiempo para que las cosas lleguen. La paciencia nos ayuda a entender que todo no lo podemos conseguir de forma rápida e inminente.
- Aprende a gestionar de forma adecuada tus emociones.
- Relajarte con un baño, haciendo deporte, respirando lentamente, soltando la tensión muscular… contribuirá a que te sientas mejor para gestionar tus emociones negativas y aumentar las actitudes positivas.
- Piensa que es normal tener dificultades y, por ello, no debemos caer en el desánimo o la desmotivación.
- Evita ser impulsivo a la hora de guiar tu vida y no te precipites.
Éstas son algunas de las recomendaciones que nos ayudan a superar la frustración. No obstante, en ocasiones, puede ser necesario un asesoramiento psicológico que permita indagar en los problemas que están a la base de nuestra baja tolerancia a la frustración para poder dotar a la persona de los recursos necesarios para superar la frustración.
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