Navidad 2020

Un reto psicológico, social y sanitario en tiempos del COVID-19

Un escenario distinto

Han pasado nueve meses desde que el coronavirus apareció para cambiar nuestra manera de vivir y, ahora, tras este prolongado período de lucha contra el Covid 19 y, a pesar de que, tanto en España como en el resto de Europa, estamos intentando bajar el pico de la epidemia, la situación continúa siendo de fragilidad, tanto a nivel sanitario, como social y psicológico.

El primer brote supuso un colapso sanitario, económico y social a todos los niveles, los centros hospitalarios se vieron desbordados, muchas familias se vieron afectadas de manera directa por la pérdida de sus familiares y conocidos y el confinamiento empeoró gravemente la economía de muchos españoles.

A todo esto, se sumaron el miedo, el desconcierto y la incertidumbre frente a una situación de caos global, el desconocimiento ante esta nueva enfermedad y la imprecisión a la hora de encontrar una solución efectiva.

A estas alturas, los especialistas hablan ya de fatiga pandémica para referirse a la respuesta natural frente a los sentimientos de tensión física y emocional cotidianos que aparecen en las personas en esta crisis de salud pública prolongada y sin una resolución determinada en el tiempo, que terminan generando apatía o, en algunos casos, desmotivación para seguir las recomendaciones restrictivas de protección y prevención.

En España, parece que se ha optado por anteponer la economía de cara a las navidades, tal vez también, por conceder un respiro psicológico a la población.

Pero, no debemos olvidar que, las Navidades, son unas fiestas sociales donde las reuniones, las cenas, los viajes, las comidas y las compras marcan el ritmo de la mayoría. En estas circunstancias y en un escenario como el actual, el peligro de relajarse con las medidas de prevención es más que evidente.

Navidad 2020 Unas navidades diferentesCelebrar unas Navidades diferentes para seguir celebrando muchas Navidades más

Nadie tiene dudas de que estas Navidades serán diferentes para todos: la limitación en el número de personas para las reuniones sociales, el toque de queda, los cierres perimetrales de las Comunidades Autónomas, las mascarillas y la distancia de seguridad y, en muchos casos, las ausencias en aquellas familias que han perdido a uno de sus miembros por la enfermedad, el estrés frente a la situación económica y el cansancio generalizado en todos nosotros.

Según datos de la OMS, la fatiga emocional está afectando al 60% de la población europea. Hemos pasado del miedo y la incertidumbre, a la resignación y cansancio y,  con ello, corremos el riesgo de bajar la guardia frente a las medidas de seguridad impuestas. Si a esto le sumamos el anuncio de una posible vacuna para el año próximo, existe también el peligro de caer en un optimismo exagerado, motivado por la idea de encontrarnos en la recta final, lo que aumenta la posibilidad de menospreciar la prevención y las medidas de salud contra la epidemia.

Es por ello que resulta fundamental mantener la calma porque, aunque es completamente natural que nos sintamos cansados, tristes o enfadados, más si la epidemia ha afectado a nuestras vidas de manera directa o ha empeorado nuestra situación económica, debemos saber que las personas nos adaptamos y debemos continuar con nuestras vidas, sin descuidar las medidas sanitarias y sin hacernos expectativas demasiado grandes y rápidas con la vacuna, que puedan contribuir a incrementar nuestro malestar en caso de que no se cumplan a corto plazo.

Las navidades son símbolo de reencuentros, de abrazos, de contacto con la familia y los amigos y, con el Covid,  es importante que mantengamos nuestra responsabilidad individual y colectiva para no retroceder y vernos abocados a una tercera ola.

Este año, no serán pocas las familias que opten por no reunirse para evitar riesgos o, en el caso de hacerlo, que sea en grupos pequeños.

No olvidemos que  habrá familias que todavía están en proceso de duelo por la muerte de un ser querido, preocupadas por la salud de los cercanos o en una situación económica desfavorable. Es fundamental darles apoyo mostrándoles que no están solos pese a las restricciones  y colaborar en la medida de nuestras posibilidades brindándoles la ayuda emocional y económica que precisen. ¿Qué sentido tiene si no la familia y la amistad? El espíritu navideño no es tan solo un reclamo publicitario, sino una oportunidad para demostrar nuestro cariño y solidaridad, no solo en estas fechas sino también el resto del año. Ayudar a los demás nos hace crecer, a sentirnos bien y y a que nuestros hijos aprendan valores importantes empatizando con diferentes realidades.

Es importante que recordemos que los mayores y las personas con problemas de salud previos, son los que corren un peligro mayor a la hora de un contagio y que, las posibilidades de que este se produzca, crecen en los espacios cerrados y con un mayor número de personas.

Todas estas variables pueden parecer desmotivadoras, pero no debemos olvidar que toda precaución es poca y que, además, existe un buen motivo para mantener la prudencia. Cuidarnos y cuidar a los demás es el mejor regalo.

De hecho, aunque el fin de año siempre es un momento de reflexión y aunque la mayoría deseamos que el 2020 se marche, podemos convertir estas fiestas en un buen momento para pensar en aquello que la pandemia nos ha enseñado, en lo que deseamos y recalibrar nuestras prioridades. Y, por extraño que parezca, estas circunstancias, pueden ayudarnos a redescubrir y reencontrarnos con otros valores y emociones mucho más importantes que las fiestas, los regalos y los bienes materiales.

Tres consejos para vivir estas fiestas en equilibrio emocional

Navidad 2020Aprovechar el presente

Mantener la prudencia no tiene por qué estar reñido con aprovechar el presente y disfrutar de estas navidades atípicas.

Por muy complicadas que sean las circunstancias tendemos a adaptarnos. Es conveniente huir de las comparaciones y aceptar que, este año, Las Navidades serán distintas para todos. Huir de la nostalgia del pasado y de la ansiedad por el futuro intentando mantenernos conscientes en el hoy, puede ayudarnos a evitar angustias añadidas.

Echar mano de la imaginación y de la tecnología puede ayudarnos a salvar distancias, a acercarnos a aquellas personas con las que, debido a las circunstancias no podemos compartir pero no por ello dejaremos de convertir estas fechas en momentos entrañables.

Contextualizar nuestras emociones y resignificar La Navidad

La Navidad es una época llena de felicidad para muchas personas; pero en otras acentúa la soledad, la nostalgia y la tristeza y según los expertos, durante las navidades de este año, sea cual sea la emoción predominante en cada persona, tenderá a acrecentarse, lo que puede convertirse en un problema para aquellas personas que no gestionan correctamente sus emociones. Es por eso que resulta importante mentalizarnos de que, aunque estas fiestas transcurran de forma diferente no tienen por qué ser peores.

Por otra parte, resignificar La Navidad y tratar de desdramatizar la situación, sin olvidarnos de la realidad actual y manteniéndonos cuidadosos y responsables, puede ayudarnos a encontrar nuevas formas de disfrutar.

Tampoco debemos forzarnos a estar alegres, ni sentirnos presionados o culpables por no sentirnos bien. Se trata de contextualizar aquello que sentimos sin quedarnos atrapados en lo negativo, intentando comprender nuestras emociones dentro del contexto actual y sabiendo que este momento pasará.

Feliz Navidad 2020Buscar alternativas que nos ayuden a sentirnos mejor

La creatividad puede ayudarnos a mantener una actitud positiva y a apoyar a los más vulnerables en esta época: los niños y las personas mayores.

Se trata de buscar alternativas que nos ayuden a evitar riesgos innecesarios y crear nuevas rutinas que podemos disfrutar, a la vez que nos cuidamos y cuidamos a los demás.

Estar más en casa es una oportunidad para compartir más tiempo con la familia y disfrutar de más tiempo para poder jugar con nuestros hijos, dialogar con la pareja, inventarnos juegos, hacer manualidades que podamos regalar, escribir mensajes o cartas que expresen nuestro gran afecto a los demás, ver películas, etc.

Las videollamadas y las redes sociales cobran protagonismo para mantener el contacto con amigos y familiares y se convierten también en una oportunidad para acordarnos de las personas que se encuentran más solas.

La distancia física no tiene por qué transformarse en una distancia mental o emocional si somos capaces de dotar de nuevos significados estos tiempos y aprovecharlos como una oportunidad de aprendizaje, generosidad hacia los demás y crecimiento. Abrazar es maravilloso pero los abrazos no solo funden nuestros cuerpos. Abrazar es no abrazar en estos momentos: Abrazar es hacer lo mejor y, lo mejor, es cuidarnos y cuidar realmente la salud de todos nosotros y de todas las personas, abrazar es aguantarnos las ganas de abrazarnos, abrazar es transmitir que estamos ahí y que nos importan mucho las personas a las que queremos y que nos rodean…

En definitiva, mantener la positividad no implica obviar los problemas, sentir determinadas emociones o tener malos momentos, sino intentar superarlos.

Esperemos que el Próximo Año Papa Noel y Los Reyes Magos nos traigan todo lo mejor.

¡FELICES FIESTAS A TODOS Y TODAS!

Felices Fiestas