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¿QUÉ ES EL DUELO?
Aunque sabemos que la muerte forma parte de nuestra propia existencia y de nuestros allegados, es un tema del que pocas veces se habla, pese a que es algo irremediable y, habitualmente, no estamos preparados para afrontar la muerte de algún familiar o amigo.
Tras el fallecimiento de un ser querido que siempre representa una situación estresante, desarrollamos una serie de síntomas que forman parte de lo que conocemos como duelo. Tenemos ganas de llorar, nos cuesta dormir o nos despertamos muchas veces, no tenemos ganas de comer y podemos perder peso, nos sentimos culpables o sentimos ira, en ocasiones, incluso es posible que tengamos la sensación de que nos llama la persona fallecida…).
El duelo es un proceso normal ante la pérdida de un ser querido y, gradualmente tanto el dolor y pesar como, el resto de sensaciones que lo acompañan, van remitiendo.
¿CÓMO REACCIONAMOS ANTE EL DUELO?
Las reacciones de duelo y el afrontamiento de la pérdida de un ser querido varían de una persona a otra en función de diferentes aspectos: nuestras propias capacidades y habilidades, nuestras creencias religiosas o espirituales, nuestras experiencias, nuestra edad, la edad y tipo de muerte de nuestro allegado, etc. Pensemos, por ejemplo, que no es lo mismo que se nos muera una persona anciana que un niño de 5 años, o que se nos muera una familiar próximo (padres, hermanos…) cuando somos adultos que cuando somos niños o muy jóvenes. Tampoco es lo mismo que una familiar o amigo fallezca de una enfermedad prolongada que sea de forma repentina (infarto, ictus, accidente de trabajo, de tráfico o aéreo…) y, todavía, más impactante y difícil de asumir, que nos comuniquen un familiar nuestro ha sido asesinado.
¿QUÉ TIPOS DE DUELO EXISTEN Y NECESITAN TRATAMIENTO O ASESORAMIENTO PSICOLÓGICO?
En ocasiones, el proceso de duelo tarda en aparecer y/o no se resuelve, siendo incapaces de superarlo adecuadamente. En estos casos, hablamos de duelo complicado o patológico y es necesario el asesoramiento o un tratamiento psicológico. Los tipos de duelo complicado son los siguientes:
- Duelo retardado: la síntomas y sensaciones que acompañan al duelo, no aparecen el momento del fallecimiento del ser querido, sino dos o tres semanas después, e incluso hasta varios meses después.
- Duelo ausente: sucede cuando la persona actúa como si no hubiera pasado nada, como si su familiar no hubiera fallecido.
- Duelo crónico: no se supera el fallecimiento del ser querido, incluso años después y se continúa experimentando sentimientos de ansiedad, depresión, etc.
- Duelo no resuelto: no llega a ser crónico, pero la persona no acaba de aceptar la pérdida y le cuesta volver a funcionar con su entorno y resto de personas.
- Duelo inhibido: algunas personas, no son capaces de expresar su gran pesar, pena, de llorar u otro tipo de sentimientos.
¿CÓMO PODEMOS AYUDARTE?
Si tú o algún familiar tuyo, ha perdido un ser querido y manifestáis reacciones que se pueden englobar en alguno de los tipos de duelos patológicos que acabamos de comentar, es conveniente que busques ayuda. Si lo deseas, podemos estar a tu lado facilitándote el proceso de duelo tanto si eres adulto, adolescente o es un niño los que habéis sufrido la pérdida.
No solo proporcionamos ayuda en nuestro cuando ya se ha producido el fallecimiento de un allegado, sino cuando el desenlace está próximo. En estos momentos, poder canalizar nuestra rabia, sentimientos de culpa y poder transmitir a un niño u otro familiar lo que ha sucedido o está a punto de suceder, es crucial para evitar que el duelo se complique.
Nuestro respeto a tus creencias y a tu dolor es esencial para nosotros y para proporcionarte pautas que te ayuden a mitigar los diferentes sentimientos, sensaciones y síntomas ante el fallecimiento o desenlace inminente de un ser querido.
En otras ocasiones, podemos estar a tu lado, acompañándote y ayudándote, en el momento en el que te comunican a ti mismo que vas a fallecer. Es habitual que te sientas, incrédulo, impotente, con rabia, no sepas qué hacer durante el tiempo que te resta de vida, cómo despedirte o comunicarlo a tus familiares (hijos, pareja, padres, amigos…). Es probable que pienses y tengas miedo al sufrimiento, quieras dejar zanjados y resolver asuntos pendientes y quieres “irte” en paz. Si estás atravesando este momento, llámanos y te ayudaremos en todo lo que necesites, asesorándote y contando con nuestro apoyo.