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¿ES NORMAL TENER ALGÚN PROBLEMA SEXUAL A LO LARGO DE NUESTRA VIDA?
Es más común de lo que pensamos que, en ocasiones, podamos tener algún problema sexual. Sin embargo, pocas veces se busca ayuda psicológica porque son problemas que se viven en silencio, puede dar vergüenza reconocerlos y se prefiere ocultarlos. Esta actitud hace que si tienes algún tipo de problema sexual, tanto si eres hombre como mujer, evites mantener relaciones sexuales con otras personas o tu pareja, para no poner en evidencia tu dificultad sexual (falta de orgasmo, dolor en el coito, falta de erección, eyaculación precoz…), o justificas estas situaciones y das excusas, haciendo que las relaciones con tu pareja se deterioren (estar cansado/a, pensar que los problemas se deben a un exceso de trabajo o a la medicación que pudieras estar tomando, etc.).
En otras ocasiones, si se mantienen relaciones sexuales, son frecuentes los sentimientos de culpa e impotencia, tanto por parte de la persona afectada por el problema sexual, como de su pareja. Muchas parejas nos comentan que no se sienten deseadas ni queridas y se sienten responsables de los problemas sexuales del cónyuge. Asimismo, en algunos casos, son los propios afectados los que, en lugar de reconocer que tienen alguna dificultad a la hora de mantener relaciones sexuales y buscar un tratamiento psicológico especializado, pueden llegar a insultar y humillar a su pareja haciéndole sentir que es la causa de sus problemas sexuales.
Por otra parte, aunque cada vez, es mayor el número de hombres que acude a nuestra consulta, es más difícil que los varones reconozcan y busquen ayuda por problemas sexuales debido a que, todavía en nuestra sociedad, se considera que no poder “funcionar” adecuadamente, es de ser poco hombre. Creencia completamente errónea que debemos desterrar.
¿QUÉ SON LOS PROBLEMAS SEXUALES?
Los problemas o disfunciones sexuales son problemas en nuestra respuesta sexual que pueden darse en las fases de deseo, excitación y orgasmo y afectan tanto a hombres como a mujeres.
Los problemas sexuales pueden tener causas físicas. Asimismo, es muy frecuente que en su origen y mantenimiento, en ambos sexos, hayaproblemas emocionales y/o psicológicos. En este caso, es importante acudir a un psicólogo especialista en sexología con la finalidad de poner en práctica las técnicas terapéuticas necesarias para solucionar las diferentes dificultades sexuales. Tratamientos que han ayudado a muchas personas en nuestra consulta a superar con éxito sus problemas sexuales.
Los tratamientos que aplicamos en nuestro centro psicológico, se centran tanto, en el uso de los procedimientos psicoterapéuticos específicos para cada problema sexual como, en la solución y afrontamiento adecuado de todos aquellos factores o causas relacionados con el origen y mantenimiento de las diferentes dificultades sexuales, en función de las necesidades de cada persona.
En las mujeres, las disfunciones o problemas sexuales más frecuentes son poco apetito sexual (pocas o ningunas ganas de mantener relaciones sexuales), dificultades para excitarse y/o llegar al orgasmo, así como dolor.
En los hombres, la mayor parte de los problemas sexuales por los que nos consultan, son los de erección y eyaculación precoz.
¿CÓMO SE CLASIFICAN LOS PROBLEMAS SEXUALES, EN FUNCIÓN DEL SEXO?
¿EN QUÉ CONSISTEN Y CÓMO PUEDO SABER SI TENGO UN PROBLEMA SEXUAL?
PROBLEMAS QUE AFECTAN A HOMBRES Y MUJERES
FALTA DE DESEO SEXUAL
La falta de deseo sexual hace que tengamos menos ganas de mantener relaciones sexuales. Si observamos que tenemos una disminución o ausencia de fantasías y deseos sexuales, probablemente necesitemos ayuda psicológica.
La falta de deseo sexual se manifiesta habitualmente con pensamientos o frases como “no tengo ganas” “no me apetece” “estoy cansado/a”, “me duele la cabeza”, etc.
Este problema también afecta a los varones y el número de hombres que acuden a nuestra consulta con falta de deseo sexual o libido, es mayor. Sin embargo, pocas veces se asocia con un problema en los varones. Como ya hemos comentado, los hombres no suelen reconocer sus dificultades sexuales debido a que, todavía en nuestra sociedad, el rol que se atribuye al hombre es el de activo y poner en evidencia su falta de deseo, así como otros problemas (disfunción eréctil, eyaculación precoz…), se considera erróneamente poco varonil o de ser poco “macho”.
Tanto en hombres como en mujeres, las CAUSAS que hacen que podamos tener un problema de deseo sexual, pueden ser múltiples. Abarcan desde problemas que tienen que ver con la salud física (problemas hormonales, hipotiroidismo, medicamentos que se estén tomando…) a aspectos emocionales (estrés, cansancio, problemas con la pareja, abusos, creencias…).
La falta de libido es un problema que requiere de la intervención de un tratamiento psicológico, en el que se emplearán las técnicas terapéuticas adecuadas, adaptadas a tus necesidades.
AVERSIÓN AL SEXO
Cuando sentimos aversión o rechazo al sexo y evitamos el contacto sexual, son indicios que nos ponen sobre aviso de que podemos padecer el trastorno de aversión al sexo.
Puede que rechacemos y evitemos activamente el contacto sexual que implica la zona genital, pero también, hace que queramos impedir cualquier otro tipo de contacto íntimo.
En el caso de mantener cualquier tipo de contacto sexual, nos provoca un gran malestar que repercute significativamente en nuestras relaciones interpersonales.
Pacientes que acuden a nuestra consulta nos comentan que sienten asco, repugnancia o ansiedad por el mero hecho de plantearse mantener cualquier conducta sexual. Solo pensar en que puedan mantener una relación sexual – sin que necesariamente se lleve a cabo – ya les genera sentimientos de repulsión.
Además de los sentimientos y pensamientos de repulsión, aparecen síntomas de ansiedad (palpitaciones, náuseas, respiración acelerada…), que son indicios que se relacionan con el trastorno por aversión al sexo.
Como en todos los problemas sexuales, las CAUSAS relacionadas son múltiples y el tratamiento que os ofrecemos, se adecúa a las necesidades de cada uno de vosotros. Haber recibido una educación estrictamente moral o religiosa, la falta de información sexual, haber sido víctima de abusos, la inseguridad a la hora de mantener relaciones sexuales, padecer alguna enfermedad orgánica o problemas hormonales, estar pasando por una depresión u otro tipo de problemas psicológicos, dolor en el transcurso de la actividad sexual, no dedicar el tiempo necesario para “jugar” y lograr sentirnos excitados, los problemas de pareja,… son algunos de los factores que pueden estar influyendo en este problema.
Decimos que el problema puede ser primario (ha ocurrido siempre) o secundario (aparece en un momento de la vida y previamente la respuesta sexual era normal)
En nuestra consulta adaptamos las técnicas terapéuticas necesarias para cada persona, con la finalidad de resolver el rechazo o aversión al sexo, así como os ayudamos a identificar y solucionar cada una de las posibles causas que inician y mantienen este problema, adaptando la terapia sexual que os ofrecemos, en función de vuestras necesidades.
DOLOR EN EL COITO (DISPAURENIA)
La dispaurenia la experimentan aquellos hombres y mujeres que sienten a menudo dolor genital asociado a las relaciones sexuales.
Este dolor puede aparece en cualquier fase de la relación sexual. Puede aparecer antes, mientras o, después de la misma. En el caso de las mujeres, algunas pacientes que han venido a nuestra consulta, han experimentado el dolor incluso cuando se colocaban un tampón o cualquier tipo de intervención ginecológica impidiendo su exploración).
En ambos sexos, las CAUSAS pueden deberse a enfermedades físicas, como a problemas psicológicos.
Causas en las mujeres del dolor en las relaciones sexuales.
Problemas relacionados con enfermedades inflamatorias pélvicas, prolapso uterino, fibromas, hemorroides, cicatrices después de intervenciones quirúrgicas que implican el área pélvica y vaginal, falta de lubricación (por ejemplo, en la menopausia), infecciones…pueden ser causas físicas que influyan en la aparición del dolor.
Por otra parte, aspectos relacionados con la esfera emocional, son muy importantes. Muchas mujeres atendidas en mi consulta presentaban diversos problemas psicológicos, entre los que destacan la ansiedad y depresión.
En ocasiones, muchas mujeres piensan o se sienten poco atractivas, y algunas, pueden experimentar dolor.
En cualquier caso, si han sido víctimas de abusos sexuales es posible que sean más vulnerables a padecer este trastorno.
Asimismo, tanto la falta de información y educación sexual como, las creencias religiosas…pueden contribuir al origen y mantenimiento del dolor en las relaciones sexuales.
Causas en los hombres del dolor en las relaciones sexuales
En los hombres, las causas físicas más frecuentes son la fimosis, glande muy sensible, infecciones de los genitales y aparato urinario, reacciones alérgicas al látex del preservativo, diafragma de la pareja, cicatrices tras operaciones quirúrgicas, etc.
En cuanto a las causas psicológicas, al igual que en las mujeres las causas son múltiples. En general, nuestros pacientes varones han experimentado miedo al sexo, ansiedad ante la idea de mantener o estar manteniendo la actividad sexual, atraviesan una depresión o estado emocional negativo, son personas inseguras…Evidentemente, no a todos los hombres les afectan los mismos problemas psicológicos, ni su impacto es el mismo en todos ellos.
Los hombres atendidos en nuestra consulta no solo experimentaban dolor en el momento de la eyaculación (de “correrse”), sino también, en algunos casos, en las maniobras para conseguir la penetración.
PROBLEMAS QUE AFECTAN A LOS HOMBRES
TRASTORNO DE ERECCIÓN O DISFUNCIÓN ERÉCTIL
Muchos hombres que vienen a la consulta, sienten que son incapaces de obtener o mantener su erección (mantener el pene firme). Este problema, lejos de desaparecer, nos relatan, que cada vez les ocurre con mayor frecuencia y persistencia.
La incapacidad para poder mantener una buena erección, varía de un paciente a otro: puede darse una ausencia total de erección en cualquier momento o circunstancia, que se pierda la erección solo antes o después de la penetración (coito), o que solo consigan tener la erección cuando se masturban o por la mañana al levantarse.
Las causas físicas pueden múltiples: arteriosclerosis, Parkinson, fracturas pélvicas, neuropatía diabética, problemas hormonales, hernias discales…
Así mismo, también las causas psicológicas cobran especial relevancia en el problema de la disfunción eréctil y abarcan ansiedad y pensamientos que tienen que ver con la relación sexual. Muchos pacientes se obsesionan en querer tener una respuesta sexual perfecta. Otros, experimentan mucha ansiedad antes y durante la relación, para conseguir “funcionar”. En otros casos, algunos de nuestros pacientes piensan que tienen un pene pequeño o que no son atractivos. Puede ocurrir, también que no se dejen llevar y, estén excesivamente pendiente de ellos mismos o de la compañera…
En cualquier caso, nuestro trabajo consiste en evaluar adecuadamente cada una de las causas que contribuyen al origen y mantenimiento de los problemas de disfunción eréctil y llevemos a cabo el tratamiento psicológico más adecuado.
TRASTORNO ORGÁSMICO MASCULINO
En ocasiones, hay hombres que padecen una ausencia (aneyaculación) o retraso persistente o recurrente del orgasmo (eyaculación retardada), tras una fase de excitación normal. Estos problemas surgen pese a que, en el transcurso de sus relaciones sexuales, la estimulación, intensidad, duración han sido las adecuadas, en función de la edad de cada hombre.
Debido a la ausencia o retraso en el orgasmo, los hombres cuando llegan a nuestra consulta, se sienten frustrados y, es muy común, que desarrollen lo que los profesionales llamamos ansiedad anticipatoria (nerviosismo, inquietud…) ante la idea (pensar que de nuevo no van a poder llegar al orgasmo y van a “fracasar”) de poder mantener una relación sexual agravando el problema. Por ello, pueden evitar querer mantener relaciones sexuales o cuando las mantienen no disfrutan porque el único objetivo se centra en la consecución del orgasmo.
Otros hombres que hemos tratado, aunque les puede aparecer falta de deseo, en general, sí consiguen excitarse sexualmente pero no consiguen el orgasmo.
Como en la mayor parte de todos los problemas sexuales, los aspectos emocionales cobran especial relevancia en el origen y mantenimiento de las dificultades sexuales.
EYACULACIÓN PRECOZ
Es uno de los problemas sexuales, más frecuentes en los hombres.
Consiste en la aparición de un orgasmo y eyaculación prematura y sin un adecuado control voluntario, en respuesta a una estimulación sexual mínima antes, durante o poco tiempo después de la penetración y antes de que la persona o su pareja lo desee, imposibilitando en el coito satisfacer a la su compañero/a.
Como consecuencia, los hombres que padecen este problema, no se sienten relajados ni disfrutan de la experiencia sexual, porque están pendientes de no eyacular. Este problema hace que cada vez se sientan más ansiosos por el miedo al fracaso, llegando a obsesionarse, aumentando sus sentimientos de inseguridad.
La mayor parte de las veces, las causas del problema son de origen psicológico y, por ello, se precisa de una terapia sexual para su solución.
TRASTORNO DE EYACULACIÓN RETRÓGRADA
La eyaculación retrógrada, también llamada eyaculación retardadad, la padecen los hombres que no expulsan el líquido seminal y, sin embargo, sí se experimenta la sensación orgásmica.
Como en todos los problemas sexuales, analizamos el problema, sus causas y proporcionamos el tratamiento más adecuado, dentro de una atmósfera de comprensión y respeto.
PROBLEMAS QUE AFECTAN A LAS MUJERES
TRASTORNO DE LA EXCITACIÓN SEXUAL EN MUJERES
Es frecuente que algunas mujeres que vienen a nuestra consulta se sientan mal porque no son capaces de obtener o mantener la respuesta de lubricación en la fase de excitación y a lo largo de la actividad sexual. Esta incapacidad para “mojarse” y excitarse, les ocurre a menudo y de forma persistente.
Ahora bien, no todas las mujeres que tienen un problema en su excitación sexual, presentan el mismo patrón. Por tanto, podemos hablar de diferentes subtipos:
Trastorno de la excitación sexual subjetiva. Se da si padeces una ausencia o disminución importante de los sentimientos de excitación o placer ante cualquier tipo de estimulación, aunque se haya podido lubricar o hayas tenido hinchazón vulvar en la zona genital.
Trastorno de la excitación sexual genital. En este caso, sí que puedes tener sentimientos de excitación subjetiva, pero lo que no has tenido o. es muy escasa, es la lubricación vaginal o hinchazón vulvar (excitación genital) ante cualquier tipo de estimulación sexual.
Trastorno combinado de la excitación sexual. Se produce si tienes tanto problema en la excitación sexual subjetiva, como en excitación genital.
Trastorno de excitación sexual persistente o hipersexualidad. Algunas mujeres es posible que tengan una excitación genital espontánea, que no desean y es molesta, con o sin orgasmo o congestión sanguínea genital. Sin embargo estas mujeres no viven esa experiencia como placentera porque no tiene que ver con ningún tipo de sensación de deseo sexual.
TRASTORNO ORGÁSMICO FEMENINO
Otro problema muy común en las mujeres que buscan una terapia sexual en nuestra consulta, es la ausencia (anorgasmia) o retraso persistente o recurrente de orgasmo (es decir, no pueden “correrse” o tardan mucho en llegar). Sin embargo, esta ausencia de orgasmo o retraso para lograrlo aparece a pesar de estar recibiendo una estimulación sexual adecuada o tengan un gran deseo sexual y/o las condiciones medioambientales sean apropiadas para ello. Es como si tu capacidad para obtener el orgasmo no correspondiera a tu edad, tu experiencia sexual y tu estimulación sexual recibida.
El trastorno puede ser primario –que es el más frecuente-, es cuando nunca has conseguido el orgasmo o, secundario, cuando sí que has tenido orgasmos satisfactoriamente, pero los dejan de tener tras un periodo de respuesta normal.
Existen multitud de causas que pueden hacer que no podamos disfrutar de orgasmos, siendo el componente psicológico uno de los más importantes. Entre otros, las causas psicológicas más comunes son:
- la propia ansiedad por querer tener el orgasmo hace que no seamos capaces de dejarnos “llevar” y estemos únicamente pendientes de si somos capaces de tener un orgasmo –lo que impide que disfrutemos- .
- las creencias acerca del sexo, como por ejemplo, pensar que el sexo es algo sucio y no acorde con nuestra forma de entender la vida.
- dudas sobre los sentimientos hacia la pareja (estar atravesando problemas de pareja o no tener claro lo que siente nuestra pareja hacia nosotras o, ser nosotras mismas, las que no sabemos muy bien por qué estamos con esa persona).
- tener baja autoestima.
- rechazo de nuestro cuerpo (pobre imagen corporal) o el de la pareja.
- haber sido víctima de abusos o maltrato, ya sea en el pasado o en la actualidad, etc.
Respecto a las causas físicas, destacan: los cambios hormonales en el embarazo, menopausia…, o las causas inducidas por sustancias o fármacos (antidepresivos, antihipertensivos, alcohol…)-
VAGINISMO
Si experimentamos contracciones involuntarias, recurrentes y persistentes de los músculos perineales del tercio externo de la vagina, ante cualquier acto que suponga la introducción de un pene, dedos tampones o espéculos en la vagina…, estamos hablando del vaginismo. Evidentemente, este problema sexual, interfiere de forma negativa en las relaciones sexuales con nuestra pareja.
Como consecuencia del vaginismo, sientes incomodidad, ardor, punzadas, dolor, problemas en la penetración o la incapacidad total para realizar el coito o exploraciones ginecológicas.
Puede que sientas que los músculos contraigan tanto tu vagina, que ésta se “cierre” y no se pueda insertar el pene. En otras ocasiones, puede que si tu pareja te penetra, no puedas completar el coito o acto sexual, debido, debido al dolor y/o molestias que sientes y las relaciones sexuales, las vives como un su suplicio.
Las causas pueden ser físicas y psicológicas. Mediante diferentes técnicas de terapia sexual, que utilizamos en nuestra consulta, te ayudaremos a solucionar tus problemas sexuales y, que puedas, tenere una vida sexual satisfactoria y disfrutar plenamente.