El embarazo conlleva todo tipo de cambios en la mujer. Es un estado en el que, junto con los cambios hormonales y en su aspecto físico, los aspectos emocionales o psicológicos juegan un papel fundamental.
Pensemos ,de entrada, que ya es muy distinto que el embarazo sea o no deseado. En el caso de no ser un embarazo deseado, la angustia y toma de decisión a la que está expuesta la mujer, es enorme. La mujer ha de decidir si quiere o no tener ese hijo. Son frecuentes las presiones familiares, máxime si es menor de edad. La reacción de la pareja, la economía, las creencias personales…condicionarán su decisión y, en este momento, es crucial el apoyo psicológico de los profesionales, para ayudarla y, eliminar tensiones y futuros conflictos, en función de la decisión que, voluntaria y libremente, valore la mujer como más conveniente.
No obstante, pese a que la mujer con o sin pareja, decida tener un hijo, la incertidumbre que acompaña el embarazo puede hacer que se sienta ansiosa, deprimida o insegura ante su futura maternidad. Preocupaciones frecuentes que acompañan a estos estados emocionales tienen que ver con la salud y formación del embrión y futuro bebé, el parto y todo tipo de aspectos relacionados con la crianza del recién nacido.
Náuseas y malestar, son síntomas comunes que repercuten en el funcionamiento habitual de la mujer y, junto con los cambios corporales, pueden afectar a las relaciones que mantiene con su pareja, sintiéndose poco atractiva, sin ganas de mantener relaciones sexuales…
Por otra parte, en algunos casos, puede estar tan centrada en el embarazo, que otras personas o actividades, pasen a un segundo plano, llegando a generar conflictos.
Ahora bien, en general, el embarazo representa un período de ilusión, en el se fortalecen los vínculos con la pareja – si se tiene- y, ayudan a la mujer a enriquecerse y fomentar planteamientos de vida que le permitan asumir responsabilidades con ánimo y confianza en si misma.
Es fundamental para prevenir la angustia o ansiedad que acompaña al embarazo y parto, que los profesionales doten a la mujer de los recursos e información necesarios para comprender los cambios físicos y emocionales que está experimentando y los pasos a seguir durante el parto y puerperio. De esta forma, podrán sentirse seguras y sabrán qué hacer, reduciendo sus niveles de ansiedad y temores.
En este proceso los profesionales de la psicología pueden ayudar a las mujeres a afrontar sus miedos, enseñar a relajarse, trabajar con los pensamientos que les preocupan, conciliar la vida laboral con el nacimiento del bebé, afrontar positivamente los cambios que representa la nueva situación, etc..
Consuelo Tomás Benlloch. Psicólogos_Valencia. Tratamientos_Psicológicos. Apoyo en el embarazo
