La pandemia del coronavirus está amenazando la salud de todas las personas del planeta y es fundamental recordar que nuestra responsabilidad individual y colectiva de quedarnos en casa es la mejor contribución en estos momentos y lo mejor que podemos hacer para que la epidemia de coronavirus no se expanda más y no sobrecargar a las personas que desde diferentes sectores nos están cuidando y cubriendo todas nuestras necesidades.

¡MIL APLAUSOS Y ÁNIMOS PARA ELLOS/AS!

El Aislamiento Necesario

El confinamiento necesario en estos momentos representa un cambio en nuestras vidas. En cuestión de pocos días hemos tenido que adaptarnos a una situación nueva, nunca antes vivida porque no podemos salir de casa, salvo para realizar trabajos esenciales. Aunque sea de una forma forzada por las circunstancias, el estar en casa podemos convertirlo en una oportunidad para compartir más tiempo con las personas con las que convivimos, para comunicarnos y conversar más con nuestra pareja o hijos, para  fomentar la creatividad y jugar con nuestros hijos, para leer, para escuchar música, para ver una película y un sinfín de actividades que normalmente no podemos llevar a cabo por falta de tiempo. Sin embargo, nada más lejos de la realidad… ¡Cuántas personas se están aislando dentro del aislamiento!

La paradoja del Aislamiento

Puede parecer una paradoja que muchas personas se estén quedando todavía más aisladas dentro del aislamiento. Ancianos que viven solos o en residencias o personas hospitalizadas que no pueden recibir la visita de sus allegados en hospitales y residencias o que no cuentan con familiares en sus vidas, médicos y personal sanitario que se quedan en habitaciones de hoteles para no contagiar a sus familias, personal que trabaja en diferentes sectores para cuidarnos y que nos falte de nada que no pueden estar cerca de sus familiares por su trabajo o por haberse contagiados, personas que utilizan indebidamente las Nuevas Tecnologías y pasas hora y horas delante de las pantallas, personas sin hogar, etc.

Hay personas que se han visto envueltas sin más. Por ejemplo, aquellas personas que viven solas por estar solteras, separadas o haberse quedado viudas. En el caso de estas personas, sobre todo si son mayores y han perdido a su cónyuge  y padecen algún problema de salud, es posible que se sientan desvalidas y con miedo frente a la situación por no poder ir a comprar, cocinar… En estos casos, es importante que se pongan en contacto con el 112 o sus vecinos y expliquen su situación para que les puedan ayudar.

Estar en hospitales y residencias sin poder estar acompañado de familiares es otra de las situaciones que incrementan el sentimiento de aislamiento y soledad. Si ya es bastante duro, estar pasando una enfermedad y no poder salir o recibir visitas en una residencia, ya sea de ancianos o de cualquier persona de cualquier edad con una disfuncionalidad física o psíquica, la impotencia  y angustia de estas personas es enorme. Pensemos además que hay personas que difícilmente  pueden entender la situación como en el caso de las personas con algún tipo de demencia, autismo, etc.  y que se sienten enojadas o experimentando muchísima tristeza. No obstante, en el caso de las personas que tienen alguna discapacidad que están acompañadas de sus familiares en sus casas, es importante que los allegados sepan que pueden salir  a la calle un ratito si realmente se precisa, manteniendo distancias de seguridad e higiene y sin abusar de la situación, para ayudar a tranquilizar a la persona con  que sufre algún tipo de disfuncionalidad.

Personas enfermas e ingresadas

Por otra parte, personas ingresadas en hospitales, algunas de ellas en una situación terminal, necesitan más que nunca sentirse seguras porque la incertidumbre acerca de si van a superar la enfermedad, el hacinamiento en los centros sanitarios, la falta de medios y/o personal… hacen muy angustiosa esa situación. Contamos con excelentes profesionales dentro del sector sanitario, tanto en hospitales como en los centros de atención primaria, que no solo con sus conocimientos médicos ayudan a los enfermos, sino  también con su gran vocación y humanidad. Los profesionales sanitarios y resto de trabajadores en hospitales o residencias están proporcionando los mejores cuidados para que sanen y todo el cariño que la situación les permite. Cada persona que supera la enfermedad es su mayor premio y les dota de fuerzas para continuar luchando para hacer frente al coronavirus. Enfermos y familiares, pese a la incertidumbre y malestar ocasionados por esta situación, son comprensivos y es importante que distraigan su atención: si pueden, escuchando la radio o viendo la televisión con alguna serie divertida, pensando en otras cosas que distraigan su mente; si puede, conversando con los compañeros que tienen al lado, etc.

Tiene que ser durísimo para las personas que se están yendo y para sus familiares no poder despedirse estando acompañados. ¡Qué soledad más grande! No obstante, el personal sanitario les da todo el calor que pueden y es importantísimo que los padres, hijos, hermanos… piensen que sus familiares en  una situación límite están peleando por salir adelante y que, si no fuera el caso y no superaran la enfermedad, seguro que sus últimos pensamientos y palabras han sido hacia ellos/as y que se han ido sabiendo que han sido amados y queridos. En relación a las familias que han perdido un familiar sin haber podido dar su adiós o no haber podido reunirse en un velatorio, es evidente que se suma más dolor. No obstante, el cariño siempre está ahí y la persona que se ha ido sabía que la queríamos y que nuestros pensamientos estaban con ella. Tiempo habrá cuando podamos salir de casas, de abrazarse y llorar con el resto de parientes y amigos. En cualquier caso, las nuevas tecnologías hacen que, aunque sea de forma virtual, nos están arropando y podemos compartir nuestra tristeza.

Estas situaciones que estamos comentando son muy duras y he de reconoceros que mientras estoy escribiendo estas palabras me estoy emocionando… y, nada más lejos de mi intención, es incrementar el pesar o congoja de quién lea estas lineas Son momentos duros pero siempre se sale adelante y todo pasará… y la colaboración y solidaridad de todos los colectivos y personas son encomiables y dignas de admiración.

La más triste soledad

Hay muchas más personas que están sintiéndose solas dentro de la soledad que supone el aislamiento…. pero voy a hacer un cambio de registro para no aumentar nuestro malestar con este artículo. Así pues, comentaré brevemente el caso de aquellas personas que se están aislando sin ninguna necesidad.

Tal es el caso de aquellas personas que utilizan redes sociales, whatsApps y videojuegos de forma desmesurada  y sin control Desde nuestros hogares, se ha disparado la utilización de las nuevas tecnologías, fundamentalmente en lo que se refiere a los videojuegos y redes sociales (Facebook, Instagram, WhatsApps…) Si ya antes del confinamiento en nuestras casas muchas personas hacían un uso inadecuado de las nuevas tecnologías o estaban “atrapadas”,  esta circunstancia está contribuyendo a que cada vez se pasen más horas con los videojuegos y redes sociales, sin ser conscientes de la necesidad de limitar el horario y/o dinero que se  está empleando. Es incuestionable que las Nuevas Tecnologías nos están facilitando nuestros estudios, trabajos, comunicación con los demás y que el tiempo nos pase más rápido, permitiendo que nos entretengamos. En este sentido, son muchos los profesores y alumnos que al no poder acudir a clase, llevan a cabo las clases y tareas escolares con la ayuda de las Nuevas Tecnologías.

De igual forma, muchos profesionales estamos trabajando desde nuestras casas. Sin embargo, no todas las personas están haciendo un buen uso de estas tecnologías, pasando horas y horas “conectados” a redes sociales, ocupando el tiempo con videojuegos o jugando en línea con otros/as, viendo series sin descaso… produciéndose problemas en múltiples áreas siendo afectadas la cantidad y calidad del sueño, la alimentación, el cuidado e higiene personal,  las relaciones familiares, el trabajo o estudios, etc. Todo ello, pese a que no sean conscientes del  uso desmesurado y fuera de su control, aumenta el aislamiento y conflictos.

Es crucial que detectemos si estamos dedicando demasiado tiempo a los videojuegos, ver series, redes sociales… y aprendamos a diversificar las actividades que llevamos a cabo como leer, hacer manualidades, conversar y jugar con las personas con las que convivimos, cocinar sano, etc.

¡MIL APLAUSOS A TODOS/AS DENTRO DE CASA Y FUERA DE CASA POR HACER ESTOS MOMENTOS MÁS FÁCILES!  ¡TODO PASARÁ…!