El estrés, pese a lo que la mayor parte de personas opinan, es una respuesta necesaria para nuestra supervivencia y adaptación a los cambios, que se activa cuando percibimos en nuestro entorno situaciones que nos amenazan y ponen en peligro nuestra seguridad. Cuando nos sentimos intimidados o atemorizados se pone en funcionamiento un conjunto complejo y multidimensional de respuestas físicas, mentales y conductuales para poder hacer frente a las situaciones amenazantes o desafiantes. En estos casos, es una respuesta adecuada y positiva porque facilita la adaptación y nos ayuda a generar actitudes y formas apropiadas y beneficiosas para afrontar o solucionar adecuadamente los contratiempos
Si embargo, si la activación de las respuestas fisiológicas y psicológicas, es necesaria y adaptativa, el problema de estrés surge cuando estas respuestas se prologan o se intensifican, dando lugar diferentes problemas.
Podemos identificar el estrés cuando, en diferentes esferas, aparecen diferentes síntomas, que pueden variar en cada persona:
Esfera Emocional: Miedo. Temor. Angustia. Ansiedad. Aumento de la irritabilidad. Depresión. Ganas de llorar. Deseos de gritar o golpear. Ataques de pánico o crisis de ansiedad. Insatisfacción. Sentimientos de culpa. Pérdida de confianza en uno mismo, Aumento de la susceptibilidad ante las críticas o comentarios de los demás…
Esfera Cognitiva (pensamientos): Problemas de concentración. Preocupaciones (los pensamientos se centran repetidamente en las situaciones que están afectando negativamente, sin poder desconectar, pensando repetidamente en las situaciones que nos generan malestar). Lentitud del Pensamiento. Disminución de la memoria. Dificultad para tomar decisiones. Sensación de no poder resolver la situación o que nos supera. Pensar en lo peor como algo irremediable…
Esfera Conductual: Cambios bruscos de humor. Dificultades de relajación, Aumento del tabaco, alcohol, comida, etc. Agitación física como no poder dejar quietas las piernas o dedos de las manos. Aspecto, en ocasiones, descuidado. Conductas hostiles o agresivas. Tics nerviosos. Rebeldía. Tendencia a apartarse de actividades sociales o no poder prestar la atención debida. Acostarse más tarde de lo habitual. Disminución en las actividades que nos agradan y satisfacen
Esfera Física: Ritmo cardíaco y respiratorio acelerado. Opresión en el pecho.Dolor de cabeza. Tensión y dolores musculares. Problemas gastrointestinales (malestar estomacal, estreñimiento o diarrea, vómitos…). Aumento o pérdida de peso. Sudoración excesiva o sensación de frío.Palpitaciones. Dificultad para tragar o respirar. Sensación de ahogo. Sequedad de boca. Cansancio. Aumento o pérdida de peso. Ácne. Comerse las uñas. Caída del cabello. Reducción del deseo sexual. Menstruaciones irregulares, Dificultades para dormir, etc.
No todos estos síntomas aparecen en todas las personas. . Hemos querido enumerar los que son más comunes con la finalidad de que los podamos detectar precozmente y poner en práctica las medidas necesarias para solucionar los problemas de estrés.
Consuelo Tomás, Psicológos Valencia, tratamiento del estrés Valencia, tratamiento de la ansiedad Valencia, tratamientos psicológicos.