La obesidad está afectando a un gran número de personas, incluso, a los niños. La causa fundamental del sobrepeso y la obesidad es el desequilibrio entre la ingesta calórica y el gasto calórico.
Entre los factores que están influyendo en la obesidad y sobrepeso destacan los siguientes:
– Vida sedentaria: Cada vez pasamos más tiempo delante del televisor o utilizando dispositivos móviles, videojuegos, hay un número mayor de trabajos en los que la persona no se levanta de la silla…
y, se utiliza el coche – en lugar de andar- para ir a cualquier sitio, aunque esté cercano. Todo ello, hace que apenas se quemen las calorías que ingerimos
– Abuso de la comida basura y bebidas ricas en azúcares: cada vez comemos alimentos más hipercalóricos con abundantes grasas y azúcares, pero con escasas vitaminas, minerales y otros micronutrientes saludables. Asimismo, los refrescos contienen elevadas tasas de azúcares que contribuyen a aumentar el peso.
– Falta de sitios para el esparcimiento en los barrios, en los que se puedan practicar más actividades o deportes al aire libre, sin el peligro de ser atropellados.
– Horarios de trabajo: se dedican muchas horas al trabajo, así como se emplea mucho tiempo para ir desde nuestros lugares de trabajo a nuestros hogares. Motivo, entre otros, que hace que no se tenga tanto tiempo para comprar y elaborar una alimentación sana y equilibrada..
– Factores géneticos: Se ha demostrado que determinados genes hacen que se tenga un riesgo más elevado de volverse obeso si uno de nuestro progenitores lo es.
– Malos hábitos alimenticios de la familia.
– Factores hormonales: hipotiroidismo, menopausia, enfermedad de Cushing (niveles altos de cortisol),…
– Consumo de algunos medicamentos: corticoides, antidepresivos de origen tricíclicos, anticonvulsionantes…
– Falta de sueño: Se ha demostrado en investigaciones que la falta de sueño aumenta el riesgo de obesidad porque contribuyen diferentes factores al respecto: las personas que duermen menos horas también parecen preferir los alimentos que contienen más calorías y carbohidratos, el no dormir lo suficiente hace que la grelina (hormona que nos hace sentir hambre) aumente y la leptina disminuya dando por resultado que sintamos más hambre y comamos más, etc.
– Edad: A medida que uno envejece, tiende a perder masa muscular, especialmente si hace menos ejercicio. La pérdida de masa muscular puede disminuir la velocidad en la que el cuerpo quema calorías.
– Dejar de consumir otro tipo de sustancias, como por ejemplo, el tabaco.
– Factores emocionales: Estados emocionales negativos como el estrés, la ansiedad, sentirnos aburridos, deprimidos, la baja autoestima, baja aceptación de nuestra imagen corporal, no sentirnos satisfechos, estar enojados…son emociones que hacen que, algunas personas, utilizan la comida para mitigar el malestar que sienten.
Como se puede observar, el problema de la obesidad es muy complejo, debido a la gran cantidad de causas que influyen en el origen y mantenimiento de este problema. Afortunadamente, la ayuda del psicólogo hace que la persona aprenda a manejar adecuadamente las situaciones relacionadas con su obesidad y sobrepeso, adaptándose a sus necesidades. En cualquier caso, el trabajo terapéutico de los aspectos emocionales siempre es un pilar fundamental y necesario del tratamiento de la obesidad y el sobrepeso.
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