LA ASERTIVIDAD
UNA HERRAMIENTA PARA APRENDER A COMUNICARTE DE FORMA EFECTIVA
Para que cualquier relación que mantengamos nos resulte cómoda, satisfactoria y sea saludable, necesitamos sentir que somos respetados y valorados, pero esto, aunque pueda parecer que depende de los demás, en realidad, depende de nuestras habilidades sociales, es decir, obedece más a nuestros recursos, nuestra capacidad de gestionar las emociones, nuestras creencias y a nuestro modo de respuesta en la interactuación con los otros.
No es tan extraño encontrar que, muchas personas, tienen dificultades para decir lo que piensan, para expresar sus opiniones o sentimientos, para decir que no, para agradecer un elogio, para expresar alguna cuestión en la que no están de acuerdo, para pedir un favor, o, por el contrario, cuando algo no les gusta, para no reaccionar desproporcionadamente o de manera injusta.
Estas dificultades a la hora de relacionarnos con los demás, constituyen uno de los motivos más frecuentes de consulta, ya sea como un problema en sí mismo o subsidiario del motivo principal. Es bastante frecuente que, estas carencias en el ámbito de las habilidades sociales, se presenten acompañadas de problemas de autoestima, ansiedad, depresión o de relación con los demás (familiares, pareja, compañeros de trabajo…). Y, en el trasfondo de todas estas situaciones problemáticas se encuentra la falta de asertividad.
Estas personas que padecen problemas de asertividad, encuentran por un lado problemas a la hora de marcar sus límites y defender sus intereses y, en el lado inverso, problemas a la hora de respetar los de los demás. El primer perfil de respuesta se denomina pasivo y, en el otro extremo nos encontramos el estilo de respuesta denominado agresivo
DIFERENTES FORMAS DE COMUNICARSE
ESTILO O FORMA PASIVA
- Las personas cuya forma habitual de comunicarse es pasiva adoptan la tendencia a la subordinación. En este caso se acatan siempre los deseos de los demás y padecen en silencio las afrentas.
- Las personas pasivas no saben poner límites y se sienten temerosas o culpables cuando reclaman sus derechos.
- Son personas excesivamente complacientes.
- No se atreven a expresar sus opiniones o necesidades porque creen que si lo hacen, se generará una discusión o que no les van a entender.
- Consideran generalmente que la opinión de los demás siempre es más acertada e importante que la suya propia.
- Suelen pensar que si dicen algo pueden “meter la pata” y que serán objeto de risas o burlas por parte de los demás.
- Siempre acaban haciendo lo que los demás les piden porque tienen miedo a decir “no” o hacer daño a los demás, aunque después se sientan mal consigo mismas.
- Si alguien les cuestiona, no saben defenderse y se callan aunque no estén de acuerdo pese a que luego culpables por no haber sabido defenderse o expresar sus desacuerdo.
- Tienen dificultades a la hora de mostrar su desacuerdo o disgusto.
- No saben reaccionar de forma adecuada ante un elogio y siempre se quitan importancia valorando más lo que los demás hacen o dicen.
- En cuanto a la comunicación no verbal, suelen con un tono de voz bajo o titubeante y les cuesta mantener la mirada con su interlocutor, manteniendo una postura encorvada y sumisa.
- Mantienen relaciones con otras personas pero éstas tienden a aprovecharse de su pasividad e incapacidad para decir “no”.
ESTILO O FORMA AGRESIVA
- Las personas con un estilo de comunicación agresivo tratan de imponer siempre su punto de vista y son incapaces de ponerse en el lugar del otro.
- No tienen o les cuesta mucho tener en cuenta las opiniones y derechos de los demás. Los otros siempre tienen que hacer o estar de acuerdo con su forma de pensar o proceder.
- Creen estar siempre en posesión de la verdad o que su opinión es la mejor. Solo de esa forma se sienten bien.
- Ante cualquier eventualidad se sienten irritados y muy contrariados.
- Suelen mostrarse ariscos y agresivos si los demás no hacen lo que quieren.
- No suelen escuchar y se enojan fácilmente, incluso en ocasiones, llegando al insulto, humillaciones y amenazas.
- Manipulan y tienen son incapaces de desarrollar la empatía con el resto de personas y siempre tienen que salirse con la suya.
- Ante las críticas son incapaces de reconocer sus errores y atacan a los demás si se muestran en desacuerdo o no se sienten apoyadas.
- Tienden a culpar a los demás de sus equivocaciones.
- Suelen provocar enfrentamientos.
- Necesitan que los demás les alaben y admiren continuamente porque siempre sus opiniones son las más atinadas y no reconocen sus errores.
- Su tono de voz es elevado, mirada desafiante y actitud provocadora.
- El resto de personas tienden a evitarlas.
ESTILO O FORMA PASIVO-AGRESIVA
- La forma pasiva-agresiva, es una combinación de los dos anteriores, mostrándose pasivo por tendencia y estallando después de haber acumulado emociones negativas.
- Se caracterizan por ser personas con tendencia a la manipulación.
Lo que es seguro, es que ninguna de estas formas de respuesta resulta sana y los vínculos que se establecen bajo estas premisas suelen ser débiles y dan lugar a interacciones poco enriquecedoras.
Frente a estos estilos de comunicación, la asertividad, se presenta como una capacidad comunicativa capaz de procurarnos relaciones sanas y vínculos fructíferos al expresar nuestros deseos y necesidades sin temor desde el respeto hacia nosotros mismos y hacia los demás.
¿EN QUÉ CONSISTE LA ASERTIVIDAD?
La asertividad es una habilidad comunicativa mediante la cual somos capaces de autoafirmar nuestros derechos propios, sin manipular o herir a los demás y sin permitir que se traspasen nuestros límites. Comunicarse de manera asertiva es, en resumen, poder expresar nuestros pensamientos y emociones de forma libre, sin temores ni culpabilidad y sin agredir o incomodar a nuestro interlocutor intencionalmente, aunque, nuestro mensaje pueda no ser necesariamente siempre de su agrado.
¿CÓMO SON LAS PERSONAS ASERTIVAS?
- Las personas asertivas defienden sus derechos y sus intereses, respetando en todo momento también los derechos e intereses de los demás.
- Son capaces de ponerse en el lugar del otro. No buscan ganar en los conflictos, sino llegar a un acuerdo, siendo capaces de hablar tranquilamente y de forma clara, sin imponer su criterio.
- Su comunicación es fluida.
- Son honestas. Expresan con tacto y sinceridad sus emociones tanto positivas como negativas.
- Son responsables y aceptan sus aciertos y sus errores.
- Son capaces de reconocer que pueden estar equivocados y de cambiar de opinión o pedir disculpas si la ocasión lo requiere.
- Saben decir no.
- Poseen una buena autoestima y tienen seguridad en sí mismas.
- Tienen control emocional.
- Son capaces de hacer sentir a los demás, valorados y respaldados.
- Pueden resolver equívocos sin conflicto, y frenar y desarmar a las personas que les tratan de agredir de alguna manera.
- Son capaces de recibir de forma sincera elogios o halagos y de darlos a los demás.
- Utilizan el contacto ocular directo, hablan sin titubeos y se muestran relajados en sus conversaciones.
- Mantienen relaciones saludables y satisfactorias y se ganan el aprecio y valoración positiva de los otros.
ENTRENAR LA ASERTIVIDAD
La asertividad también se aprende y podemos decidir cuándo utilizar esta forma de comunicación, pero para ello, es necesario darnos cuenta de cuáles son los errores que cometemos en nuestra relación con los otros, tanto en aquellas cosas que no somos capaces de expresar o nos cuesta comunicar, como en aquellas otras frente a las que reaccionamos de forma inapropiada o exagerada.
También es necesario hacer un análisis a nivel cognitivo y poder identificar cuáles son nuestras ideas o creencias distorsionadas.
El aprendizaje de la asertividad conlleva poner en práctica una manera diferente de interactuar con los demás, tanto a nivel verbal como gestual, es decir, en todos los ámbitos de la comunicación.
Debemos entender que, las personas, no tenemos una única manera de comunicarnos, pero sí una tendencia más acentuada a hacerlo de una manera u otra dependiendo de la circunstancia y la persona con la que estemos.
Lo que es seguro es que, la comunicación asertiva facilita y propicia una relación más saludable y honesta con los demás y posibilita la estabilidad emocional para nosotros mismos ya que, así la conducta asertiva no necesariamente genere en todos los casos un cambio en los demás, sí nos ayuda a expresarnos libremente, a sentirnos tranquilos y seguros y a respetar nuestras emociones sin temor a reconocer nuestros errores. Ser asertivo es ser tolerante y comprensivo desde la reflexión y valoración positiva de nosotros mismos y de los que nos rodean.
BENEFICIOS DE LA ASERTIVIDAD
- La asertividad nos ayuda a que nuestra autoestima, nuestra seguridad y el respeto por nosotros mismos crezca y se afiance.
- Propicia relaciones más sanas, funcionales y auténticas.
- Nos aleja de los chantajes y manipulaciones de las otras personas.
- Nos posibilita generar alternativas para lograr acuerdos a la hora de resolver cualquier conflicto.
- Nos hace ser participantes activos de una situación.
- La expresión asertiva de las emociones previene enfermedades y mejora nuestra calidad de vida.
- Y, en general, las personas asertivas se sienten mejor, tienen vivencias más honestas y fluidas, relaciones más estables y felices con los demás.
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