Las formas de comunicarnos y transmitir la información han cambiado y el protagonismo de Internet es incuestionable. Redes sociales, webs de todo tipo, influencers, youtubers…  se hacen eco de este fenómeno. Se difunden por parte del emisor y nos alcanzan a los receptores, contenidos a gran velocidad y se devoran todo tipo de informaciones  que generan gran expectación afectando a los estados emocionales.

En este contexto encontramos que no siempre la información es veraz ni se adecúa a la realidad, surgiendo las fake news (noticias falsas). En ocasiones, con ocultas intenciones (intereses comerciales, políticos, etc.), o bien, difundidas por personas que se dejan llevar por estas noticias sin contrastar su veracidad o fuentes. Puede parecer que estas falsas noticias (fake news) no tienen ninguna importancia y son fruto de gente ignorante sin malos propósitos. No queremos monopolizar esta publicación en los motivos que llevan a las personas a expandir este tipo de noticias falsas. Nos gustaría, ir más allá, planteando el impacto psicológico que puede tener en las “victimas” objeto de noticias erróneas porque  nadie está exento de experimentar reacciones ante las fake news: Ansiedad, estrés, miedo, alegría, optimismo… o cabreo y rabia.

¿QUÉ SON LAS FAKE NEWS (NOTICIAS FALSAS)?

Las falsas noticias se refieren a la difusión de información a través de bulos, informes o datos no contrastados  que generan el desconcierto en la población. No solo las fake news se plasman en mensajes escritos, sino también puede ser imágenes manipuladas.

De todos es conocido, la gran cantidad de información que circuló sin ningún rigor a raíz de la pandemia del COVID -19  y de las vacunas. Sin embargo, las fake news no es un fenómeno nuevo. Siempre han existido pero la velocidad de propagación a través de medios telemáticos y la posibilidad de llegar a millones de personas en un instante hacen que, actualmente, su alcance sea mayor.

Entre las fake news encontramos de todo tipo abarcando campos tan heterogéneos como la política, “famoseo” o incluso en el campo científico de disciplinas como la medicina o la psicología. Por no hablar – será objeto de otro artículo – de la propagación de falsas noticias en los casos de acoso y ciberbullying.

Fake news

¿QUÉ IMPACTO A NIVEL PSICOLÓGICO PRODUCEN LAS FALSAS NOTICIAS?

Todos estamos expuestos a la mentira y el impacto psicológico que producen las falsas noticias “fake news” depende de diferentes factores  que tienen que ver con diferentes factores, entre los que destacan los siguientes:

  • La situación que está viviendo cada persona en particular
  • La capacidad de discriminar información veraz de la que no lo es
  • El grado de en el que las personas se dejan influir por los demás y el entorno
  • El miedo a la incertidumbre
  • La necesidad de seguridad y reducción de la ansiedad y temor.
  • La necesidad de encontrar respuesta a determinadas cuestiones
  • La construcción de identidad social positiva a través de la pertenencia al grupo
  • La necesidad de validar nuestro sistema de creencias, expectativas y opiniones.
  • La eliminación rápida de dudas y conflictos que puedan alterar nuestra forma de entender la vida y tranquilidad.
  • La tendencia a considerar falso lo que proviene de personas o entidades contrarias a nuestra opinión
  • El pensamiento rígido, en el que se busca la certeza sin considerar que pueda haber otras opciones
  • La baja tolerancia a la frustración
  • La búsqueda de información rápida e inmediata sin contrastar
  • La falta de cuestionamiento para no parecer ignorante o que no se sabe de un tema.
  • La falta de tiempo o interés para profundizar en los temas, etc.

impacto psicológico noticias falsa

No todos estos factores influyen en todas las personas ni a éstas les influyen de la misma manera pero lo que sí  se puede afirmar es que en función de estas variables, el impacto será mayor o menor. Cuántos más factores confluyen en una misma persona, la reacción emocional será mayor y cualquiera de nosotros podrá ser más vulnerable ante las fake news y sentirse afectado por ellas.

Las fake news pueden generar estados emocionales “positivos”. Por ejemplo, alegría si nos comunican que hemos sido elegidos con un premio  o sentirnos relajados si nos comentan que hay un remedio para paliar una enfermedad. Pero… ¿realmente son positivos estos estados emocionales? No olvidemos que son fruto de falsas informaciones ¿qué creen que les ocurrirá a estas personas cuando descubran que no hay ningún premio? y más grave todavía, ¿qué pasará si ponen en práctica remedios sin ninguna base científica arriesgando su salud o la de sus allegados? En el primer caso, una vez descubierta la falsedad, la persona se puede sentir ridícula y avergonzare por haberse creído afortunada y, en el segundo, incluso haber expuesto su vida, al punto de sufrir consecuencias graves e  irreversibles en su salud. Recuerdo el caso de una paciente que vino a mi consulta en una situación extrema en la había estado a punto de quitarse la vida porque le había llegado una fake news sobre su problema psicológico en la que se decía que no había solución cuando no era cierto. Sin comentarios… ¡Cuánto daño se puede hacer! Y esto nos lleva a plantearnos que, tanto si inicialmente las emociones son positivas como negativas, los bulos y  mentiras se convierten en una trampa para quien las lee y difunde cuando le llegan.

De igual forma, pensemos que si una persona tiene miedo tenderá a leer aquella información que le tranquilice y le haga sentir bien pero realmente no está afrontando su problema. Sería como una compulsión: buscar información en la línea de lo que queremos escuchar para sentirnos relajados. Sin embargo, solo se calmará un breve instante pero  información falsa que muchas veces no proviene de fuentes fidedignas o con buena intención.

Se puede manipular la información alterando estados emocionales al punto de generar pánico en la población (por ejemplo, ante la falsa noticia de una amenaza) o tristeza (por ejemplo, anunciando el fallecimiento de alguien sin ser cierto). Estos ejemplos, son solo algunos que ponen de manifiesto cómo las falsas noticias tienen gran repercusión en nuestras emociones.

Un capítulo especial merece la difusión de comentarios por parte de trolls con intención de molestar a los demás y, en el caso de los más jóvenes, cuando hablamos del acoso y del ciberbullying. Quizás muchas personas desconozcan que los trolls son gente que a través de la Red hacen comentarios, muchas veces infundados,  con la finalidad de generar desacuerdo, fomentando el enfado y enfrentamiento en los demás para llamar la atención y fastidiar o perjudicar. En el caso del ciberbullying la situación es similar porque con intención de humillar, molestar y hacer daño a un compañero/a el acosador puede hacerse pasar por la victima dejando opiniones ofensivas o reprobables para que el resto de usuarios vayan en contra de él, dejando el correo electrónico de la víctima para que sea objeto de burlas o contacto con desconocidos, haciendo comentarios ofensivos, haciendo circular rumores falsos sobre la víctima para que el resto de compañeros, sin poner en duda lo que leen, muestren sus represalias o le acosen, etc. Tanto en el caso de los trolls como del acoso o ciberacoso, el daño que se hace a la víctima difundiendo comentarios o aspectos de su vida, es innegable, no solo en el momento en el que se produce, sino a lo largo de toda su vida (ansiedad, falta de confianza, problemas en el estado de ánimo…).. Basta recordar que jóvenes acosados mediante la difusión de aspectos inventados de su vida por parte de los agresores, tienen ideación suicida o se han quitado la vida.

En síntesis,   las noticas basadas en mentiras se creen fácilmente porque generan respuestas emocionales muy intensas y tienden a reforzar las creencias, aprovechándose de dichos estados emocionales. Generalmente se utilizan mensajes muy directos y potentes, sin matices, que queden claros en una simple ojeada.

¿POR QUÉ NOS GUSTA PRESUMIR Y EXAGERAR?

Un aspecto a considerar  cuando se trata el tema de las fake news, tiene que ver con el hecho frecuente de que la mayor parte de las personas, les gusta presumir y recibir la admiración y reconocimiento del resto y por este motivo, difunden noticias falsas, sobre todo, en redes sociales en relación a sus logros, vacaciones, casas dónde viven, etc.

Por supuesto,  no se puede generalizar pero  nos gusta alardear y exagerar con la finalidad de destacar. Es una forma de buscar el reconocimiento, aprobación y autoestima por parte de los demás. Ya de pequeños,  niños y niñas cuando aprueban un examen dicen ufanos/as “he aprobado”  pero cuando suspenden la situación cambia: ya no han aprobado, sino que dicen “me han suspendido”, como si dicha situación no fuera con ellos. Y ya no digamos, cuando se crean personalidades virtuales con cualidades físicas y psicológicas falsas sin que los demás sean conscientes del embuste.

Como se evidencia, tendemos a  atribuir los buenos resultados a nuestras habilidades e inteligencia y echamos la culpa a otros o circunstancias externas cuando no nos interesa, sesgando la realidad. En algunos casos, tiene que ver con problemas de inseguridad, mientras que, en otros, se debe a comportamientos que pretenden llamar la atención. En otras ocasiones, la exageración y difusión de noticias falsas, aunque sea de nosotros mismos, obedece a problemas psicológicos más complejos, como sucede en el trastorno de personalidad narcisista en el que las personas que lo padecen sobreestiman sus capacidades, exageran sus logros y  creen que son mejores que los demás, únicos o especiales, minusvalorando a la valía y logros de los demás.

Difundir información falsa o alardear, bien pavoneándose o mintiendo  en torno a nosotros mismos o nuestras experiencias, no solo genera problemas en el emisor (¿qué motivos le llevan a mentir o presumir de forma reiterada?) sino también en los que leen  o ven el contenido. Si los demás exponen aspectos de su vida maravillosos (aunque, no sea cierto), es posible que los demás se sientan tristes, decaídos, irritables… por no haber podido irse de vacaciones,  no conseguir otros logros, no ser tan felices, no rodearse de tantos amigos, etc.

Es cierto que las falsas noticias (fake news) suelen referirse a contenidos más generales pero merece la pena tener en consideración este punto.

nos gusta Presumir y exagerar

¿QUÉ HACER PARA NO CAER EN LAS REDES DE LAS FAKE NEWS?

Os damos algunas recomendaciones para poder “protegernos” de las fake news:

  • Contrastar la información
  • Desarrollar el pensamiento crítico y reflexivo
  • Mantener una mente abierta e imparcial
  • Analizar los pros y contras de la información y posibles intereses ocultos.
  • No tener en cuenta solo la información que se ajusta a nuestras ideas o expectativas
  • Intentar leer toda la información y no quedarse con los titulares para poder analizar el contenido en su conjunto y valorar su credibilidad
  • Acudir a fuentes acreditadas y fiables
  • Fomentar el diálogo
  • Reconocer los engaños en los que se haya podido “caer” sin por ello sentir vergüenza y denunciar las falsas noticias
  • Evitar difundir noticias, máxime si están relacionadas con temas que pueden poner en peligro la seguridad física y mental de los demás
  • Identificar a los autores y no dejarse llevar por noticias escritas desde el anonimato
  • Revisar la fecha de publicación de la noticia (muchas noticias se difunden y están desfasadas en el momento actual
  • Aprender que no existen soluciones rápidas y mágicas. El esfuerzo es importante en todas las facetas de la vida
  • Consultar siempre con expertos en el campo que reúnan y acrediten la formación en el campo que nos ocupe

Estas son algunas recomendaciones que pueden servirnos de ayuda, pero no olvidemos que en Internet hay pocos filtros y cualquier información se puede “colar” por lo que no solo es importante adoptar medidas a nivel individual para protegernos, sino que poderes públicos a través de diferentes entidades u organismos deberían vigilar esta situación e implementar normativas que limiten o impidan la difusión de falsa noticias,  pese a la gran complejidad que entraña.

En el Centro de Psicología Consuelo Tomás en Valencia llevamos a cabo terapias para poder abordar los problemas que están a la base tanto de la causas que llevan a creer a las personas en las falsas creencias (falta de seguridad, necesidad de aprobación y reconocimiento, dificultades a la hora de tomar decisiones por uno mismo, etc.) como del impacto emocional que generan (miedo, ansiedad, rabia…) y, que en ocasiones, precisa de una intervención psicológica especializada.