Las habilidades son fundamentales para facilitar nuestra comunicación y relación con los demás. Las habilidades sociales nos permiten que nuestras interacciones con los demás sean satisfactorias y nos ayudan a sentirnos bien fortaleciendo nuestra autoestima, desde el respeto hacia nosotr@s mism@s y el respeto a los demás. En esta publicación vamos a intentar responder brevemente la siguiente cuestión: Habilidades sociales ¿Cuál es tu forma de relacionarte?
Las habilidades sociales engloban un conjunto de competencias. Algunas más básicas, aunque no por ello menos importantes, como saber escuchar, iniciar y mantener conversaciones, saber dar y recibir elogios, saber presentarnos, etc. Otro tipo de habilidades sociales más complejas son las que tienen que ver con estrategias para saber reaccionar ante una crítica, saber pedir disculpas, saber expresar adecuadamente nuestros puntos de vista, deseos o necesidades, saber decir “no”, etc.
Es fundamental que ya, desde pequeños, aprendamos este tipo de recursos para manejarnos adecuadamente en los contextos sociales y aumentar la valoración hacia nosotr@s mism@s y hacia los demás. Las habilidades sociales, en definitiva, nos permiten relacionarnos de forma eficaz a la vez que nos allanan el camino para conseguir nuestros objetivos desarrollando nuestra empatía, comprensión, autocontrol…
En general, hay tres formas de manejarnos socialmente. Las describimos brevemente para que encuentres cuál es tu forma o estilo de desenvolverte socialmente.
FORMA O ESTILO PASIVO
Señales que indican que normalmente tienes un estilo pasivo de comunicarte con los demás son el hecho de que no sueles expresar tu opinión porque te da miedo generar un conflicto, piensas que los comentarios de los demás son más importantes o tienen más fundamento, te preocupa que se puedan reír de lo que dices o no tengan en cuenta lo que dices. También es común que te sientas mal porque nunca expresas tus deseos o necesidades y acabas haciendo lo que los demás esperan de ti y ante una crítica, aunque sea injusta, nunca te defiendes y optas por callar. La consecuencia si te comportas de forma pasiva son, entre otras, baja autoestima, frustración tristeza… y se pueden desarrollar conductas de evitación por falta de seguridad en si mism@ como no quedar con amigos, no ir a una entrevista de trabajo, etc. Por tanto, un estilo pasivo representa un déficit de habilidades sociales
FORMA O ESTILO AGRESIVO
La forma o estilo agresivo de comunicarse también representa un problema de habilidades sociales porque estas a estas personas les cuesta respetar los puntos de vista de los demás y siempre quieren imponer su criterio. En este caso, las personas con un estilo agresivo creen que siempre tienen la razón y para sentirse bien los demás tienen que hacer lo que ellas quieren sin tener en cuenta a los otr@s. No escuchan, son autoritari@, se enoja con facilidad y pueden llegar a desarrollar comportamientos violentos que van, desde los insultos, humillaciones… a las amenazas y, en grados muy graves, a la agresión física. En el caso de que alguien les haga una crítica no son capaces de responder adecuadamente y pasan al “ataque” negando la situación sin pararse a reflexionar si la crítica es o no merecida y quiere que los demás defiendan su posición. Sus enfrentamientos con los demás son frecuentes y el resultado es que los demás tienden a evitar su compañía.
FORMA O ESTILO ASERTIVO
Esta forma de comunicarse y relacionarse es la que presenta mayores ventajas y supone un buen desarrollo de las habilidades sociales. Ser asertivo significa saber expresar de forma adecuada nuestras necesidades y sentimientos, sin quedarnos callados o imponer nuestro criterio. Escuchar, respectar, ponerse en el lugar del otro, defender que nuestro punto de vista puede ser tan válido como el de los demás, explicar las cosas de forma clara y tranquila, saber decir “no” o que no estamos de acuerdo… son formas asertivas que facilitan nuestra valoración personal y que los demás nos respeten y tenga en cuenta. De esta forma, nos ganamos el aprecio y respeto hacia nosotr@s mism@s y hacia los demás. Ser asertivo es aprender, es tener la mente abierta, es reflexionar, es ser capaz de cambiar de opinión si lo estimamos oportuno, es ayudar a los demás si realmente consideramos que queremos y podemos hacerlo, es saber expresar nuestros desacuerdos de forma clara y concisa, es saber recibir elogios sin sentirnos incómodos y sin exigencias, es saber ponerse de acuerdo… Es pues, una puerta que nos abre miles de posibilidades para llevarnos bien con los demás y nos permite conseguir nuestros objetivos más fácilmente a través de una comunicación basada en la tolerancia y comprensión sin necesidad de renunciar a nuestros principios.
Es evidente que nos siempre adoptamos el mismo estilo, pero no menos cierto es que la mayor parte de veces utilizamos uno de los tres estilos que hemos expuesto. Por otra parte, tanto si una persona tiene un estilo pasivo o agresivo y no sabe cómo desarrollar un comportamiento asertivo, los profesionales les podemos entrenar en habilidades sociales que les haga sentir bien consigo mism@s y los demás en un clima de cordialidad sin temores.
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