Todos deseamos ser felices y nos sentimos insatisfechos y frustrados si no lo conseguimos. Sin embargo, el camino en busca de la felicidad se convierte, en ocasiones, en una obsesión. Os vamos a proporiconar unos sencillos consejos para aprender cómo ser feliz y no morir en el intento.
Es conveniente reflexionar si realmente podemos siempre – cada día, a cada momento – ser completamente felices.En la consulta, les comento a mis pacientes que piensen qué pasa en las películas o series cuando una persona está en la cama de un hospital y está conectado al aparato del electroencefalograma o electrocardiograma y, de repente, en lugar de oscilaciones, aparece en la pantalla una línea recta. Quiere decir que la persona se ha muerto. Pues bien, si siempre estuviéramos felices, estaríamos muertos de felicidad porque los momentos buenos y, no tan buenos, forman parte inexorablemente del ciclo vital de cada persona.
Por tanto, lo primero que nos ayudará a ser felices y sentirnos bien, es aceptar que ser feliz en la vida no significa no tener problemas. En este sentido, aún en los malos momentos podemos sentirnos bien – aunque atravesemos una mala situación – porque podemos aprender formas de solucionar problemas. Pensemos una parte de las pautas importantes de la educación en los niños, se basan en que les enseñemos que siempre todo no lo pueden tener ni puede ser siempre como a ellos les gustaría. Estas pautas les enseñan a superar la frustración y a que aprendan a sentirse bien pese a no tener todo lo que desean.
Por otra parte, nuestras actitudes o pensamientos son fundamentales a la hora de mejorar nuestra percepción de lo que nos ocurre. Si nos levantamos pensando que vamos a tener un ma día, probablemente lo tengamos. Si, por el contrario, cuando empezamos el día pensamos que nuestra jornada laboral, familiar… nos va a proporcionar la oportunidad de vivir, aprender y sentir vivencias que nos enriquecen, nos sentiremos satisfechos – incluso aunque algo no haya salido como esperábamos- .
Algunos consejos sencillos, que nos ayudarán a sentirnos bien con nosotros mismos son, entre otros, los siguientes:
- Ser feliz con uno mismo, significa aceptarnos como somos sin necesidad de estar buscando continuamente la aprobación de los demás
- Es importante que cojamos las riendas de nuestra vida sin temor a cometer errores, porque de las equivocaciones se aprende. Aunque algo no nos salga como nos gustaría, podemos ser felices por haberlo intentado y puede ser una oportunidad para que la próxima vez, las cosas las hagamos mejor.
- Es fundamental saber disfrutar y dar valor a las pequeñas cosas que nos rodean. Muchas veces se nos vende la idea de que ser felices se relaciona con grandes viajes, una noticia maravillosa… Si bien es cierto, que todo ello nos aporta alegría, es beneficioso que aprendamos a disfrutar y sentirnos dichosos por el hecho de vivir cada día, de tener salud, de tener un trabajo, de poder pasear por un parque y oler las flores, de ver crecer a nuestros hijos, de una conversación con nuestros amigos, de estar tumbados en el sofá de casa viendo una película o serie…
- Es importante que aprendamos a ser felices sin condicionar nuestros estados emocionales a atesosar y comprar artículos. En este sentido, los medios de comunicación nos hacen creer que seremos felices si compramos todo tipo de artículos. Los slogans publicitarios nos hacen creer que nuestra felicidad aumentará si compramos cada vez más productos (ropa, complementos, electrónica…) Si compramos sentimos unas sensación de placer “ficticia”. Es obvio, que nuestra satisfacción y alegría no debe depender de los objetos que compramos, sino de nuestras actitudes y respeto hacia nosotros mismos y los demás. No nos podemos permitir que nuestros sentimientos y emociones acaben dependiendo de las compras que realizamos.
- Escuchar a los demás, puede ayudarnos a comprender otros puntos de vista que amplían nuestros horizontes. Querer tener siempre la razón y creer que lo nuestro es lo mejor, solo nos hará sentirnos enfadados o rechazados.
- Dejar fluir las cosas favorece que no nos agobiemos. Hay que dar tiempo para que las cosas lleguen y poder disfrutarlas. Todo lo bueno, requiere esfuerzo y se hace esperar.
- Disfrutar no significa no tener contratiempos. Éstos forman parte de la vida. Aceptar esta idea nos ayudará a crecer y ser mejores con nosotros mismos y allegados.
- Dejar de ser excesivamente exigentes con nosotros mismos y nuestro entorno, nos ayuda a apreciar matices que nos ayudan a entender diferentes realidades. Querer ser y hacer las cosas perfectas solo nos agobiara y nos encorsetará en un mundo rígido e intolerante.
- Sonreír, pedir las cosas por favor, dar las gracias, compartir nuestras experiencias…hace que los demás se acerquen a nosotros sin barreras, con simpatía, de igual a igual. Sentiremos una enorme alegría de ver cómo los demás se alegran de nuestras alegrías, con respeto y consideración.
- Pensar que la felicidad está dentro de nosotros nos ayudará a entender que no podemos pasar la responsabilidad de nuestro bienestar a nuestros demás, exigiendo a nuestra pareja, familiares o amigos, que nos hagan felices.
Esperamos que estas recomendaciones os ayuden a sentiros mejor y a no obsesionarse con querer ser felices. La vida no se puede medir en felicidad o infelicidad, éxito o fracaso… La vida y nuestra felicidad dependen de lo que nosotros valoremos o esperemos y, siempre, no puede ser como nos gustaría. Aprender, valorar las pequeñas cosas, ser flexible, respetarnos y respetar a los demás…son claves para ser feliz.
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