Anorexia y bulimia
El pasado día 2 de junio se celebró el Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos de la Alimentación cuya finalidad es la de concienciar sobre la gravedad de este tipo de trastornos y de las importantes consecuencias que pueden tener sobre la salud física y psicológica en las personas que los padecen.
Cuando la autoimagen se convierte en obsesión
El culto al cuerpo ha alcanzado su máxima expresión en la actualidad, pareciera una suerte de epidemia que, con la ayuda de las redes sociales, el marketing y los estándares de consumo ha consolidado una obsesión por la perfección del cuerpo, por la autoimagen y los ideales físicos exigidos socialmente.
Evidentemente, mantener un cuerpo sano es importante para nuestro bienestar, pero cuando se traspasan ciertos límites, esta fascinación por poseer un cuerpo perfecto puede conllevar efectos paradójicos y terminar afectando gravemente nuestra salud física y psicológica. En relación a esto, ciertas patologías se hacen cada vez más frecuentes, especialmente entre los más jóvenes: anorexia y bulimia nerviosas, trastornos dismórficos como la vigorexia, trastornos obsesivo compulsivos, problemas emocionales y de conducta que están asociados a nuestra imagen corporal.
Existen síntomas comunes en este tipo de trastornos, entre ellos, las distorsiones de la realidad frente al espejo y la pretensión de alcanzar una imagen corporal perfecta, promocionada como un objetivo casi fundamental en las sociedades desarrolladas y en las que, nuestro aspecto físico, se convierte en un sinónimo de felicidad, éxito, prestigio personal y social y salud o, por el contrario, puede marcar la insatisfacción y la infelicidad.
Estos modelos de perfección son especialmente peligrosos para los adolescentes, aunque no solo para ellos. Los más jóvenes, en proceso de construcción de su personalidad, se ven bombardeados por estos arquetipos sociales de belleza y aceptación, tanto en la publicidad, como en las redes sociales y, en no pocos casos, si no existe una vigilancia adecuada, pueden acabar desarrollando algún tipo de problema o trastorno relacionado directa o indirectamente con esta presión social sobre la imagen (trastornos alimentarios, trastornos de la autoimagen, etc.)
¿Qué son los trastornos de la conducta alimentaria?
Los trastornos de la alimentación, también denominados trastornos de la conducta alimentaria, son enfermedades graves cuya principal característica es la de presentar importantes trastornos en las conductas de alimentación de quien los padece. Este tipo de trastornos afectan tanto a la salud física, como a la salud mental de la persona y en su entorno.
Los trastornos de la alimentación más comunes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón.
La anorexia nerviosa
El síntoma principal de la anorexia nerviosa es el rechazo de la comida y el temor obsesivo a engordar que, puede tener como consecuencia estados de inanición que deriven en desnutrición, delgadez extrema, cefaleas, amenorrea, pancreatitis y otra serie de síntomas y consecuencias físicas graves. También presenta sintomatología psicológica entre la que se incluye la ansiedad, la depresión, imagen corporal distorsionada, trastorno obsesivo compulsivo etc.
Se puede diferenciar entre dos subtipos de anorexia nerviosa, en función de si existen comportamientos o no de purgado, como pueden ser los vómitos autoinducidos o el abuso de laxantes, enemas, diuréticos etc.
Anorexia restrictiva
No existe purgado ni atracones, las personas consiguen un bajo peso mediante el empleo de dietas muy restrictivas, ayuno prolongado, y la practica excesiva de ejercicio de intensidad elevada.
Anorexia nerviosa con atracones y purgas
Además de la dieta y del ejercicio, estas personas recurren puntual o sistemáticamente a atracones y posteriores purgas mediante vómitos, enemas, diuréticos, etc Las personas que padecen este tipo de anorexia tienen más riesgo de desarrollar adicciones y una mayor tendencia a la ideación suicida.
La bulimia nerviosa
La bulimia nerviosa se caracteriza por una conducta alimentaria poco saludable en la que se alternan periodos de consumo excesivo de comida con periodos de arrepentimiento que pueden llevar a la persona a conductas purgativas para expulsar el alimento ingerido mediante vómitos, laxantes, enemas, etc. Las personas que padecen bulimia suelen comer a escondidas y compulsivamente en forma de atracones, tienen una preocupación obsesiva en torno a la comida y el peso, aunque el peso puede ser normal o incluso elevado. Tratan de compensar estas ingestas excesivas de alimento mediante conductas inapropiadas y nada saludables como el abuso de fármacos, diuréticos, laxantes y de vómitos autoprovocados. Presentan también síntomas psicológicos entre los que destacan la tristeza o depresión, los sentimientos de culpa y la falta de autoestima.
Conductas con un gran peso social
El sistema nervioso central (SNC) es el encargado de regular nuestras conductas involuntarias en relación a las conductas alimentarias. Determinados estímulos metabólicos y los receptores periféricos ubicados en la boca y el tubo digestivo son los encargados de inducir la sensación de apetito. Es en el hipotálamo donde se encuentran los centros de hambre y sed, pero es la corteza cerebral la que procesa estos estímulos y lo hace a través de mecanismos más complejos que tienen una relación directa con las experiencias previas de la persona. En este sentido, por lo tanto, se debe tener en cuenta que, nuestra conducta alimentaria, viene determinada no solo por aspectos meramente biológicos, sino que también, nuestras experiencias psicológicas y los factores sociales y culturales intervienen en nuestra manera de alimentarnos y nuestra relación personal con la comida.
En este sentido, la alteración de la conducta frente a la comida puede verse alterada por factores muy dispares, desde enfermedades o patologías a factores de tipo social o psico-emocional tan variadas como la cultura, la moda, las creencias religiosas, etc.
En el caso de trastornos como la anorexia o la bulimia, estos factores psicológicos y emocionales, así como los socio-culturales y educativos, juegan un papel fundamental.
No es de extrañar que, en ambos trastornos, la prevalencia sea en mujeres, sobre todo adolescentes, un grupo en el que la presión socio cultural ocupa un lugar importante. Basta con fijar la atención en la publicidad, en las redes sociales o en la moda, donde mayormente se continúan imponiendo los cuerpos esbeltos y delgados.
Ambos trastornos, además, se suelen presentar junto a un fuerte sentimiento de inseguridad emocional y con problemas importantes en la autoestima y en la auto imagen corporal.
Auto-imagen y redes sociales
La mayor parte de los casos de anorexia o bulimia tienen su inicio en la adolescencia y, en la sociedad actual, el acceso a la información a través de las Nuevas Tecnologías tienen un gran peso para casi cualquier adolescente.
No debe extrañarnos por tanto que, durante este último año, coincidiendo con el confinamiento a causa de la pandemia, los trastornos de la conducta alimentaria se han disparado, especialmente entre los jóvenes. Durante estos meses de encierro, han sido muchas las familias que han detectado comportamientos disfuncionales en relación a la alimentación de sus hijos que, antes de la pandemia, habían pasado desapercibidos.
Por otro lado, el confinamiento también ha tenido efectos en los jóvenes a nivel emocional y psicológico y, muchos de ellos, han pasado la mayor parte del tiempo conectados a Internet y las redes sociales, siguiendo constantemente la actividad de Youtubers e Influencers que, en muchos casos, exhiben una imagen en la que, los estándares físicos son centrales, de forma constante.
Es por este motivo que resulta de vital importancia mantener una buena comunicación con los menores y favorecer un ambiente en el que puedan desarrollar su autoestima e imagen corporal y valores entre los cuales se observen el autocuidado, una alimentación equilibrada, la práctica de deportes y de actividades alternativas a la vida online junto con una buena comunicación familiar y formas adecuadas de superar la frustración o situaciones conflictivas en diferentes áreas y expresión apropiada de las emociones.
El peligro de estos trastornos
Tanto la anorexia como la bulimia son consideradas trastornos mentales y no debemos olvidar que los trastornos alimentarios también pueden conllevar graves secuelas físicas.
La anorexia está relacionada con una tasa de suicidio un 57% más alta que la de la población general.
La malnutrición afecta al crecimiento, debilita el sistema inmunitario, afecta al desarrollo óseo e, incluso, puede afectar a la actividad cardíaca.
La falta de nutrientes puede provocar daños a nivel cerebral, especialmente durante la etapa de la adolescencia, afectando también las capacidades cognitivas.
En aquellos casos en los que se provocan vómitos pueden producirse daños dentales y gastrointestinales.
Además, este tipo de trastornos provocan que la persona cada vez se encuentre mas aislada entrando en un bucle depresivo.
Y, en los casos más graves, si el trastorno se mantiene en el tiempo, puede llegar a provocar la muerte.
Tratar a tiempo
La anorexia y la bulimia, al igual que otros trastornos alimentarios, suelen precisar un tratamiento largo y complejo pues, además de abordar la conducta alimentaria en sí y recuperar unos hábitos alimenticios saludables, es preciso trabajar la manera en la que la persona se percibe a sí misma. En el caso de los adolescentes que padecen estos trastornos, es necesaria mucha paciencia pues son normales las recaídas. Debemos tener en cuenta que, alrededor del 20% de ellos, continúan padeciéndolo hasta una década después. Lo que está demostrado es que, cuanto antes se aborda el trastorno, más alto es el porcentaje de recuperación y más rápida la mejoría, por ello es fundamental trabajar en la prevención y actuar de forma inmediata buscando ayuda profesional en el caso de que existan sospechas de un trastorno de la conducta alimentaria.
En el centro de psicólogos en Valencia, Centro Psicológico Consuelo Tomás, somos especialistas en el campo de los trastornos de la conducta alimentaria. Si quieres ampliar la información al respecto de los trastornos alimentarios o buscas ayuda, no dudes en contactar con nosotros.