La inteligencia artificial y sus posibles riesgos desde diferentes ámbitos

Aunque todavía estamos en una fase algo temprana, conforme se producen avances en la Inteligencia Artificial y su empleo se extiende, comienzan a surgir más dudas acerca de sus potenciales peligros.

Y es que, a pesar de que esta creciente sofisticación tecnológica puede traer a la sociedad grandes mejoras a muchos niveles, no podemos olvidar que el envés de la moneda siempre está presente, y ya se trate de la pérdida de puestos de trabajo a raíz de la sustitución de las personas por máquinas, de sesgos algorítmicos discriminatorios, de armamento autónomo o de violaciones de privacidad, -por nombrar algunas posibilidades-, lo cierto es que los posibles riesgos de esta tecnología ya comienzan a causar temor entre muchos.

A todo esto, debemos añadir que tras el desarrollo de la IA pueden esconderse intereses que nos llevan a plantearnos todavía con más fuerza estas posibles desventajas.

En este sentido, nos planteamos de qué forma afectará la IA a nuestra vida cuando esta herramienta se instaure entre nosotros por completo y tratamos de profundizar en el tipo de consecuencias, no solo a nivel social, sino también psicológicas que podrían llegar a derivarse de su uso.

RIESGOS POTENCIALES A NIVEL PSICOLÓGICO

Las posibilidades del empleo de la IA son casi infinitas y, por este motivo, tanto sus beneficios como los posibles peligros resultantes de su aplicación a determinados campos, son también innumerables. Aunque, sin duda, existen algunas áreas en las que, la IA ya comienza a plantear incertidumbres.

Entre ellas podemos encontrar:

PÉRDIDA DE HABILIDADES

Los avances tecnológicos e informáticos nos facilitan la vida y reducen el número de tareas que debemos realizar. Y, si bien es evidente la comodidad que nos ofrecen estas herramientas en su aplicación a nuestra vida cotidiana, por otra parte, también implican a la larga la pérdida de habilidades y capacidades, tanto físicas como mentales.

Volvernos excesivamente dependientes de la tecnología, podría llevarnos en no demasiado tiempo a un punto de no retorno en el que podríamos llegar a encontrarnos indefensos sin la ayuda de lo digital.

Evidentemente, el progreso nos hace más sencillo el día a día, no necesitamos recordar determinados datos, ni hacer cálculos mentales, ni escribir a mano, ni otro sinfín de tareas que, sin la tecnología, resultarían imposibles de realizar, pero como contrapartida, hemos ido progresivamente perdiendo habilidades. Este hecho, por supuesto, nos afecta profundamente en la forma de entender el mundo y nos plantea una pregunta: ¿Cómo quedaríamos de indefensos sin estas herramientas?

El impacto psicológico de la DANA en las personas que han vivido esta tragedia es amplio y profundo, afecta tanto a quienes han perdido seres queridos como a aquellos que han sido testigos de la catástrofe.

CAMBIOS EN LAS RELACIONES INTERPERSONALES

Todos estos avances, también afectan de manera profunda a la forma que tenemos de relacionarnos con los demás. La vida digital, se está convirtiendo para muchas personas, en la forma habitual de relacionarse con los demás. Con la llegada de la IA y la hiperpersonalización. Me imagino que será impersonalización o algo parecido de los servicios, esta nueva forma de relacionarnos con las personas que nos rodean, podría verse profundamente afectado.

¿Haría esto que fuéramos cada vez menos hábiles para relacionarnos con las personas en una conversación física? ¿perderíamos el control sobre habilidades emocionales tan básicas para nuestra supervivencia como la empatía, la intimidad, la tolerancia, el amor…?

Dejar que la tecnología asuma cada vez más, la responsabilidad sobre nuestras propias emociones, podría llevarnos a una situación de aislamiento de la realidad y a modificar nuestra forma de comprender las relaciones humanas.

PÉRDIDA DE PUESTOS DE TRABAJO POR LA IMPLEMENTACIÓN DE LA IA

La aplicación de IA a innumerables procesos de automatización en distintas áreas y puestos de trabajo, comienza a suponer una preocupación para muchos.

Conforme la tecnología avanza, aumenta la capacidad de la misma para llevar a cabo aquellas tareas para las que antes se precisaba una inteligencia humana. Esta automatización de los procesos, ya ha comenzado a aplicarse en múltiples campos, como la fabricación, la biotecnología o el marketing.

Si bien, la IA también conseguirá crear nuevos puestos de trabajo especializados a nivel técnico, lo cierto es que muchas de las labores que antes precisaban de la actividad o supervisión humana, en un futuro no muy lejano, podrán ser completamente sustituidas por la IA, algo que podría dejar sin ocupación a millones de personas y que afectaría especialmente a sectores vulnerables de la población. A nivel psicológico, la precariedad e inestabilidad laboral es uno de los disparadores más frecuentes de ciertos trastornos del estado de ánimo, como la depresión o la ansiedad y, a este respecto, la sensación creciente de inseguridad en el ámbito profesional, supone una presión cada día mayor para muchas personas que ven amenazado su sistema de vida.

PÉRDIDA DE LOS VALORES ÉTICOS

Evidentemente, tras la IA, como hemos comentado, se esconden muchas veces intereses de personas con pocos escrúpulos. Esta tecnología, no solo aumenta la capacidad de anonimato, sino que además, permitiría en diferentes campos la ganancia de grandes sumas de dinero o la realización de determinadas actividades ilícitas o de dudosa moralidad.

En este sentido, uno de los peligros más grandes del mal empleo de la IA es forzar todos los límites éticos, si con ello hay algo que ganar.

MANIPULACIÓN MEDIANTE ALGORITMOS DE IA

Sin lugar a dudas, uno de los mayores peligros de la IA es la capacidad de manipulación social mediante la inteligencia artificial. Desde captura de votos, hasta la saturación de usuarios mediante el envío de contenido basado en preferencias anteriores, las posibilidades de manipulación mediante la IA son ilimitadas. Aunque, sin duda, uno de los problemas que más resuenan en la actualidad, es el de las deepfakes que ya en la actualidad, hacen estragos en la esfera social y política.

No solo eso, este tipo de tecnología hace más sencillo sustituir la imagen de una figura por otra en una foto o un vídeo, pudiendo convertirse, no solo en una fuente de desinformación, sino también en un perverso método de chantaje y dando lugar a un escenario en el que resulte prácticamente imposible distinguir entre la realidad y la ficción.

VIGILANCIA SOCIAL Y ESPIONAJE

Otro de los campos donde ya resuena las posible amenazas de la IA, es en el de la privacidad, tanto a nivel individual, como colectivo o político y económico.

En países como China, ya se emplean tecnologías de reconocimiento facial que son capaces de rastrear los movimientos de la persona. Así mismo, el riesgo potencial del empleo de la IA como arma autoritaria, podría derivarse, por ejemplo, de los algoritmos predictivos empleados para anticipar la comisión de delitos. Estos datos, que ya están siendo empleados en algunos lugares de EEUU, están influidos por los índices de detenciones y afectan de forma desproporcionada a las comunidades negras. Algo que hace que se doble la vigilancia en estas áreas, en base a un sesgo que de por sí, ya es discriminatorio.

SESGOS DESCRIMINATORIOS

Unido a lo anterior, uno de los peligros de la IA es el de generar sesgos discriminatorios generalizados, pues el desarrollo de la IA está llevado a cabo por humanos y, todos los estudios demuestran, que presentan en sus características parcialidad. Una parcialidad que puede resultar tremendamente peligrosa, más allá de la raza y el género y que puede dar lugar a prejuicios que afecten de forma muy negativa a las poblaciones minoritarias.

En definitiva, estos son solo algunos de los posibles riesgos que el desarrollo y la implantación a gran escala de la IA podría traer consigo. Una serie de factores que, sumados y a la larga, cambiarían enormemente la sociedad tal y cómo la conocemos hasta el momento, afectando profundamente a nuestras relaciones y a nuestra percepción de la vida.

ANSIEDAD TECNOLÓGICA Y DESCRIMINACIÓN

Personas mayores o de otros colectivos que no tienen acceso a la tecnología, pueden sentirse en desventaja frente a la IA al no poder utilizarla o no saber cómo hacerlo. De lo que se desprende que la autoestima puede verse dañada y aumente la frustración y ansiedad en estos grupos, por no hablar contenidos de la IA que pueden generar segregación en la sociedad y conceptos e ideologías erróneas sobre las diferentes culturas o estilos de vida diferentes.

De igual forma, la ansiedad generada en relación a la privacidad y Protección de Datos puede dar lugar a sentimientos de angustia e indefensión.

DEPENDENCIA Y REDUCCIÓN DEL PENSAMIENTO CRÍTICO Y REFLEXIVO

De todos es conocida la dificultad actual en ambientes académicos (pese a los programas para detectar plagios) de la evaluación de trabajos realizados por los alumnos que optan por buscar la información en plataformas de IA restringiendo su capacidad de análisis, creatividad y pensamiento reflexivo. Y tal y como hemos comentado, información no exenta de sesgos, parcialidad o manipulación.

Utilización de la IA que también genera problemas en el ambiente laboral restringiendo puntos de vista enriquecedores, novedosos y diferentes si los trabajadores, independientemente de su categoría profesional, se limitan al uso de la IA.

En cualquier área, la IA puede ocupar un lugar prominente en la toma de decisiones limitando la capacidad de elección y autonomía tanto individual como colectiva.

ADICCIÓN

Como sucede con otras Nuevas Tecnologías, el mal uso de la inteligencia artificial puede generar en algunas personas una pérdida de control dando lugar a una conducta adictiva. En estos casos, cada vez se dedica más tiempo al empleo de la IA en detrimento de la realización de otras actividades y se generan problemas en todas las áreas de vida del individuo (personal, familiar, social, ocio y tiempo libre, etc.) pudiendo aparecer un malestar tanto físico como psicológico cuando no se puede acceder a las funciones de la IA (síndrome de abstinencia) e incapacidad para poder controlar dicha conducta, entre otros síntomas.

PROBLEMAS PSICOLÓGICOS

Es fácil entender de los apartados anteriores, que la IA puede estar a la base de determinados problemas o estados psicológicos como son la falta de habilidades en las relaciones interpersonales, el aislamiento familiar y social, pérdida en la capacidad de autonomía, dificultades en la resolución de conflictos, deterioro de funciones cognitivas que afectan tanto a la memoria (como a la imaginación, integración de la información, generación e implementación de soluciones…), estrés debido a la sobrecarga de información, miedos y desconfianza o depresión, entre otros.

Es importante tener en cuenta que los contenidos y recomendaciones proporcionadas por la IA no pueden suplantar a los profesionales de la salud tanto física como mental porque siempre serán los médicos y profesionales de la salud mental los encargados de valorar y supervisar los tratamientos de cada persona en particular. Consideración generalizable a otros contextos. No obstante, si nos centramos en el campo de la salud mental, la IA bien utilizada puede convertirse en una herramienta útil para prevenir ciertas conductas como el suicidio y facilitar la prevención y detección precoz de problemas psicológicos.

Esperamos que esta publicación nos ayude a reflexionar sobre el poder enorme de la IA en nuestras vidas con sus luces y sombras con la finalidad de minimizar sus riesgos. No se trata de ir en contra de la IA sino de estar atentos a las dificultades o peligros que entraña y proporcionar soluciones lo antes posible haciendo un uso responsable tanto por parte de los programadores como de los usuarios.

El Centro psicológico Consuelo Tomás de Valencia, somos un Centro de psicólogos especializados en todas las materias y ofrecemos terapias y tratamientos psicológicos para ayudar a las personas y que éstas sean capaces de poner en práctica formas eficaces de solucionar, afrontar, manejar, superar o prevenir los diferentes problemas emocionales y situaciones complicadas o dificultades – internas o externas – que ante determinadas circunstancias de la vida provocan malestar.

No dudes en contactarnos.

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