Muchas veces nos planteamos si es conveniente o no el perfeccionismo. Como suele ser habitual todos los extremos son malos: si se es demasiado perfecto nuestro nivel de exigencia puede perjudicarnos a nosotros mismos y a las personas con las que nos relacionamos.  Y si por el contrario, no buscamos esforzarnos  y  nos conformamos con la mediocridad,  las consecuencias tampoco serán positivas. Por tanto, es interesante buscar el equilibrio  entre la necesidad de querer ser un 10 o tener una escasa motivación dejando de importarnos el resultado de lo que hacemos.  Pero ¿Qué entendemos por perfeccionismo? ¿Cuándo el perfeccionismo puede convertirse en una actitud saludable? Estas y otras muchas cuestiones vamos a sintetizar en esta publicación

¿QUÉ ES EL PEFECCIONISMO? ¿ES BUENO O ES MALO BUSCAR LA PERFECCIÓN?

El perfeccionismo se relaciona con las metas excesivas  que pueden llegar a ser irreales o difícilmente alcanzables que se plantean las personas y cuya consecución o logro acaba determinando la valoración de sí mismas. Ahora bien, al igual que sucede con la ansiedad que puede ser facilitadora o inhibidora del rendimiento, el perfeccionismo no siempre tiene que ser negativo ya que puede ser adaptativo o saludable o, por el contrario,  convertirse en un perfeccionismo negativo o poco saludable.

El perfeccionismo se convierte en una actitud sana u positiva cuando si nos proponemos metas realistas y si no se consiguen, se aceptan los errores y se intenta aprender de ellos, sin castigarse ni obsesionarse, valorando la experiencia como una forma de superación personal que nos permite que aprender de la experiencia. En este caso, nos sentiríamos orgullosos de haber hecho las cosas lo mejor que sabíamos sin necesidad de que el resultado o lo que queremos sea perfecto. De esta forma, la motivación de logro y la satisfacción y valoración personal serán positivas y nos sentiremos contentos y relajados.

 El perfeccionismo se convierte en una actitud desadaptativa o insana  cuando no se logra mantener una  actitud  adecuada dejándose llevar por la autocrítica ante cualquier error y sentimiento de fracaso persistente, ocasionando problemas psicológicos como la ansiedad, depresión, ira-cólera, preocupación rasgo,  ansiedad social, trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y trastornos alimentarios,  entre otros, afectando por igual tanto a los adultos como a los niños y adolescentes. Este tipo de perfeccionismo se puede dar en diferentes contextos: personas que quieren tener un cuerpo 10, personas que quieren realizar las tareas siempre perfectas, que sus casas estén perfectas, que sus hijos sean siempre los mejores, que la pareja sea ideal, etc. y si no lo consiguen, se sienten tremendamente fracasados y culpables.

¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DEL PERFECCIONISMO DESADAPTIVO O NEGATIVO?

Las razones o causas que están a la base del perfeccionismo son variadas y no todas afectan a todas las personas ni tienen el mismo impacto en todas ellas. Por tanto, podemos afirmar como sucede en el resto de los problemas psicológicos que las causas  son multidimensionales, englobando aspectos de la persona, familia y sociedad (modelo bio-psico-social).  Vamos a enumerar algunas de las más frecuentes:

Factores personales

Predisposición genética: Algunos estudios señalan que la heredabilidad puede ser uno de los factores que determinan el perfeccionismo.

Rigidez: Personas con esquemas muy rígidos e inamovibles con altos estándares en la ejecución de las tareas o en la relación con los demás que con incapaces de concebir formas flexibles de interpretar las experiencias. “O es blanco o es negro y siempre tiene que ser perfecto”

Baja autoestima  Tener una  pobre valoración de uno mismo o la baja autoestima se puede llegar a convertir en un desencadenante para buscar en la perfección una forma de compensar los sentimientos de inferioridad respecto a los demás y lograr la valoración del resto de personas.

Baja tolerancia a la frustración y al fracaso: Para estas personas es necesario que las cosas salgan siempre como ellos desean y cuándo ellos desean. Si no es así, se sienten frustrados, culpables o fracasados.

Otros problemas psicológicos pueden estar a la base del perfeccionismo como el trastorno obsesivo-compulsivo o determinados trastornos de personalidad.

Factores personales

Factores familiares:

 Educación basada en altos niveles de exigencia: padres que transmiten de forma dogmática a sus hijos que siempre tienen que sacar “10” si quieren ser algo en la vida. De esta forma, los hijos interiorizan que no pueden fallar a sus padres y buscan en la perfección el modo de conseguir el cariño y aprobación de sus padres.

 Padres muy perfeccionistas: los niños intentan copiar lo que ven y si se desarrollan en un hogar en el que sus padres son muy perfeccionistas, tenderán a asumir erróneamente que la perfección es algo normal y replicarán las actitudes  y conductas perfeccionistas  negativas  de sus padres.

 Padres que critican o humillan a sus hijos: al igual que en los padres con altos niveles de exigencia respecto a los hijos, éstos buscarán el cariño y valoración de sus padres si consiguen las metas de forma perfecta.

 Padres o hermanos muy triunfadores o exitosos: familiares que han conseguido destacar en diferentes facetas (estudios, trabajo…) pueden convertirse en el motivo por el que los hijos quieran ser tan reconocidos como sus padres o hermanos, compitiendo continuamente y con altos niveles de exigencia  para lograr el éxito.

Padres que nos saben afrontar adecuadamente las demandas familiares o de otra índole: si los padres no saben proporcionar las necesidades afectivas, de cuidado… serán los niños los que deben madurar más temprano y en el futuro es más probable que desarrollen un perfeccionismo patológico.

Factores familiares

Factores sociales:

Competitividad: la sociedad actual es muy competitiva con altos niveles de exigencia. Si ir más lejos, ya desde pequeños los padres comparan a sus bebés con otros, alardeando de lo rápido que crecen o aprenden. Es de imaginar que este contexto, a diferentes edades se exige ser los mejores y competir para destacar por encima de los demás.

 Redes Sociales y publicidad: la publicidad, y actualmente, las redes sociales cobran un especial protagonismo difundiendo ideas en torno a casas perfectas, cuerpos perfectos, vacaciones perfectas, relaciones perfectas… Todo ello asociado al acompañado del glamour y  al “éxito” y status.

 Exigencias en el trabajo: en el ámbito laboral, los niveles de exigencia cada vez son más elevados y las posibilidades de ascenso o mejora económica están estrechamente relacionadas con el desempeño de las tareas de forma impecable o la necesidad de destacar por encima de los compañeros.

 Exigencias en los estudios: En algunos casos, a los niños se les transmite desde las familias o profesores que deben ser muy buenos en los estudios si quieren lograr excelentes trabajos que les hagan felices y doten de reconocimiento personal y económico. Ideas erróneas pero que hacen que los alumnos quieran conseguir su satisfacción alcanzando siempre las metas muy elevadas.

Factores sociales 

¿QUÉ CONSECUENCIAS PROVOCA EL PERFECCIONISMO DESADAPTATIVO?

 El exceso y obsesión por el perfeccionismo ocasiona problemas que dan como resultado un deterioro en la esfera emocional y relación con el entorno, Entre los más significativos, destacan los siguientes:

Ansiedad

se está sometido a una tensión continua ante el temor de no hacer las cosas bien o que no salgan como se pretende.

Depresión

si no se consiguen los objetivos, surgen la tristeza y desesperanza.

Sentimientos de fracaso

cualquier pequeña equivocación, se vive como una gran derrota sumiendo a la persona en sentimientos de decepción y frustración permanentes.

Baja autoestima

ante el más mínimo error, la valoración de sí mismo se desmorona.

Incapacidad para sentirse bien se haga lo que se haga

siempre se busca más.

Falta de motivación

fruto de la continúa desilusión si nos alcanzan los objetivos en el tiempo y forma que uno/a quiere.

Ira o rabia fruto de la frustración

surge si no se consiguen los estándares  programados.

Culpabilidad extrema

ante la falta de los resultados esperados

Falta de flexibilidad

porque todo tiene que ser 10 y, sino, ya no tiene valor.

Obsesión

por querer tener todo controlado.

Falta de tiempo

para llevar a cabo otra actividades

No poder realizar un uso racional del tiempo

se dedica tanto tiempo a llevar a cabo una actividad y hacer las cosas perfectas que se dejan de realizar otras. Por ejemplo, el niño que rompe la hoja si hay un borrón o el dibujo no le sale como le gusta y arranca la hoja y vuelve a empezar sin que le dé tiempo a hacer el resto de la tarea

Conflictos con familiares o compañeros de trabajo

no solo la obsesión por el perfeccionismo afecta negativamente a la persona que lo padece, sino también a su entorno. Es difícil convivir con una persona perfeccionista que solo se siente bien si hacemos las cosas de la forma perfecta a la que ella aspira. Motivo por el que se producen conflictos y desencuentros con los allegados en diferentes ámbitos

Falta de tiempo para llevar a cabo otra actividades

solo hacer las cosas perfectas reporta satisfacción pero el tiempo que se dedica es enorme impidiendo realizar otras actividades o solo llevando a cabo aquéllas en las que uno/a domina la situación o se tiene la certeza de lograrlas.

Adicción al trabajo

Otros problemas psicológicos

Los atracones para compensar la presión a la que están personas están sometidas

Uso de benzodiacepinas u otras sustancias:

para aliviar la tensión ocasionada por el alto nivel de exigencia.

Adicción al trabajo

¿CÓMO SÉ SI EL PERFECCIONISMO ME ESTÁ CONTROLANDO?

Es importante detectar el problema y no avergonzarse. Si te reconoces en alguno de los siguientes puntos es probable que el perfeccionismo se haya convertido en una traba que te impide disfrutar y avanzar. Te damos algunas pistas que te servirán de ayuda para saber si el perfeccionismo te está controlando:

  • Te resulta difícil dejarte llevar
  • Tienes la necesidad de querer controlarlo todo.
  • No avanzas en las tareas o dedicas demasiado tiempo a ellas.
  • Sueles sentirte culpable si no haces lo que tú te exiges o crees que se espera de ti.
  • Sientes cada vez con más frecuencia la necesidad de proponerte metas que requieren niveles de autoexigencia muy elevados y la mayor parte de veces difíciles de conseguir.
  • No eres capaz de sentirte satisfecho cuando acabas una tarea.
  • Tu mente siempre está ocupada en querer conseguir nuevos objetivos o hacer las cosas mejor.
  • No soportas que las cosas estén bien aunque no sean perfectas.
  • Tienes dificultades con tus familiares o compañeros.
  • Si tu nivel de ejecución no es “10” te sientes mal: deprimido, insatisfecho, irritable…
  • Necesitas que los demás también hagan las cosas como tus estándares elevados y, a veces, inalcanzables.
  • Nunca es suficiente. Siempre piensas que todo puede quedar o hacerse mejor.
  • Apenas te queda tiempo para desconectar o descansar o realizar hobbies.
  • Tu autoestima y valía personal depende exclusivamente de conseguir hacer las cosas perfectas.
  • Te comparas con los demás y te preocupa demasiado la valoración que los demás hagan de ti.
  • No soportas el más mínimo error y si se produce, te sientes fracasado
  • Vives en una tensión y presión permanente para conseguir los logros y te exiges demasiado.

Si el perfeccionismo te está afectando negativamente, es el momento de buscar ayuda profesional. En el Centro Psicológico Consuelo Tomás (www.tratamientospsicologicos.es y www.psicosaludvalencia.com) te podemos ayudar. Contamos con más de 30 años de experiencia en el campo de la Psicología y hemos enseñado a muchas las personas a mejorar su vida, dotándoles de las estrategias necesarias para aprender a superar el perfeccionismo insano. ¡Llámanos  y te ayudaremos!