Vivimos en una sociedad en la que los medios de comunicación, publicidad, redes sociales… fomentan patrones de comportamiento, modas, formas de relacionarnos e informaciones alejadas de la capacidad de reflexión, pensamiento crítico y  capacidad de elección personal. Es fundamental que aprendamos a ser nosotros mismos y que nuestra satisfacción emane desde nuestro interior. En este sentido, vamos a dedicar unas breves líneas al arte de ser uno mismo.

Es cierto que, sobre todo en la adolescencia, el papel del grupo de iguales cobra especial relevancia. En el grupo de iguales los jóvenes encuentran apoyo y para sentirse integrados “copian” o llevan a cabo los roles que imperan en dichos grupos. Es una época de cambios, inseguridades y la pertenencia al grupo les dota de confianza y protección fuera de la familia. Sin embargo, el precio que en ocasiones se “paga” es elevado y puede acarrear problemas cuando los jóvenes imitan a los demás, sin pararse a pensar en las graves consecuencias que puede conllevar no saber elegir por ellos mismos o decir “no”. Ejemplos de todo ello son el consumo de drogas, ser cómplice activo o en silencio en casos de bullying o cyberbullying (acoso llevado a cabo de forma presencial o a través de la Red), anorexia…

La adolescencia es una etapa de cambios en la que los jóvenes desbordados por los cambios físicos, emocionales…parte de su autoestima la centran en la seguridad que les aportan los demás. Pero también los adultos, en ocasiones, son incapaces de ser ellos mismos y buscan desesperadamente la aprobación de los demás.

Ser uno mismo es lo mejor que nos puede pasar a todos. Si bien es cierto que hay muchas personas que  no tienen confianza en sí mismas, que no les gusta cómo son, que se creen inferiores a los demás… Todo ello, origina importantes problemas dentro del campo de los trastornos psicológicos, como pueda ser la dependencia emocional, fobia social, complejos, ansiedad, tristeza, etc.

Ser uno mism@ implica aceptarnos tal y como somos. Todos tenemos defectos o aspectos que podemos mejorar o cambiar pero no menos cierto es que todas las personas tenemos virtudes o cualidades que nos hacen ser especiales para nosotros mismos y para los demás.

Es curioso como yotubers, influencers, programas de televisión… tienen un gran impacto en personas que, lejos de ser ellas mismas y vivir su vida, pasan largas horas viendo cómo los demás retransmiten su día a día o creencias que poco a nada aportan a sus propias vidas. Sin embargo, estos personajes se convierten en “modelos” jóvenes y adultos que quieren copiarles buscando reconocimiento y prestigio.

Me preguntó si tonterías como vender el agua en la que una famosa ha tomado el baño, si ser soez o “follar” públicamente, dejarnos llevar por consejos carentes de valor ético o científico… son las que nos van a hacer sentirnos bien.

El arte de ser uno mismos hace que tomemos conciencia de que somos en personas valiosas, que aprendemos de nuestros errores, que nos respetamos a nosotros mismos y que los demás nos aceptan como somos, que nos relacionamos con los demás desde la comprensión y diversidad sexual, física, mental… Ser uno mismo nos hace ser personas únicas e irrepetibles y, entre todos, miembros de una sociedad viva que nos ayude a construir un mundo sin ataduras, exigencias e imposiciones. ¿De qué sirve compararse con una modelo con un cuerpo 10? ¿Es que acaso no nos van a querer aunque no tengamos medidas “perfectas”? ¿De qué sirve querer ganar dinero fácil sin esfuerzo como los personajes que aparecen en programas ¿ ¿Acaso la vida es llamar la atención por exponer nuestra vida de la forma más ordinaria a cambio de dinero? ¿De qué sirve que nos aconsejen desde redes sociales cómo hemos de vestir o comportarnos? ¿Acaso esos influencers, saben mejor que nosotros lo que nos interesa? ¿De qué sirve que nos adoctrinen con ideas o comentarios sobre lo que nos interesa o cómo debemos pensar? ¿Es qué nuestras opiniones no son válidas?…

Es evidente que ser uno mismo implica descubrir dentro de nosotros el gran potencial que poseemos para dirigir nuestras vidas. Todas las personas podemos aportar conocimientos, experiencias, cariño, respeto, honestidad… a nosotros mismos y  a los demás. Ser uno mismo significa aprender y decidir por nosotros mismos. Siempre es mejor que seamos nosotros mismos que una mala copia de otra persona. Nunca seremos esa otra persona. Es mejor que nos queramos siendo lo que nosotros somos, sentimos, pensamos y actuamos.

El arte de ser nosotros mismos significa libertad. Libertad para elegir aunque, a veces, alguna cosas no nos salgan bien. La libertad de poder vestir, opinar, comunicar… lo que consideramos importante sin miedo a la censura ni reproches. Llama la atención que no seamos conscientes de lo crucial que es poder vivir en una sociedad en la que podemos manifestarnos tal y como somos. Es lógico que haya normas sociales pero siempre que nos permitan desarrollarnos de forma íntegra y con independencia.

El arte de ser uno mismo nos hace sentirnos orgullosos, dignos, satisfechos, dichosos… Por el contrario, no ser nosotros mismos hará que caigamos en una espiral de dolor, insatisfacción, infelicidad…dejando que sean los demás los que se metan en nuestras vidas y nos digan lo que es mejor para nosotros y qué clase de personas debemos ser. En consecuencia si no somos nosotros mismos nuestra valía únicamente se sustentará en la opinión que los demás tengan de nosotros e, incluso, en casos más graves, seremos víctimas fáciles de los intereses y manipulación de los demás.

Es preferible ser uno mismo que un “clon”  de personas que no conocemos y es preferible que con tods nuestras virtudes y defectos decidamos por nosotros mismos. Reflexionar, valorar lo que nos interesa, desarrollar nuestra capacidad crítica, elegir por nosotros mismos…. favorece que nos queramos porque no hay nada más importante que nosotros mismos y nuestra vida. Ser uno mismo implica aprender, esfuerzo y coraje. Ser uno mismo es aceptar que pueden surgir cambios y que los cambios son una oportunidad para desarrollarnos sin miedo y crecer como personas. Ser uno mismo es ser crítico con la realidad, exponer lo que nos gusta y lo que no, no permitir que los demás se adueñen de nuestra vida.

No nos dejemos llevar por estereotipos, el miedo al rechazo, el miedo a no ser aceptado si no cumplimos las expectativas de los demás, a no expresar nuestras necesidades… Es mejor ser uno mismo que una persona carente de capacidad crítica y poder de decisión aunque la incertidumbre nos haga sentir algo ansiosos.

Ser uno mismo es un proceso a lo largo de nuestra vida que nos hace auténticos e irrepetibles. En cada momento, nuevas experiencias nos aportan sabiduría y nos enriquecen por muy duras que nos parezcan algunas. Los demás no son los dueños de nuestras vidas ni nos tienen que juzgar ni obligar a ser lo que nosotros no queremos ser. Todos necesitamos el aprecio y cariño de los demás pero no al precio que sea. Nadie nos puede impedir ser nosotros mismos, Es fundamental tomar conciencia de que todas las personas somos capaces de aportar a los demás sin necesidad de menospreciar ni que nos menosprecien.

Seamos nosotros mismos y vivamos la vida. Descubramos toda la riqueza que hay en nuestro interior y desde nuestra libertad y capacidad de elección admirémonos sin olvidar que las personas que nos rodean son tan valiosas como nosotros. Las diferencias son una oportunidad para ser más flexibles y crecer sin acatar sin más lo que los demás nos dicen o esperan de nosotros.

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