Creencias erróneas acerca del sexo. Parte II

By 7 febrero, 2018Blog

Creencias erróneas sobre el sexo II - Foto Consuelo Tomás 07.02.2018 - Psicólogos Valencia - Terapia de pareja - Terapia sexual - Tratamientos psicológicos -ansiedad...         La mayor parte de personas a las que se les pregunta temas relacionados con el sexo, hacen afirmaciones y creen saber todo sobre el sexo, pero pocas veces contrastan  si la información que tienen sobre sexualidad, es cierta o no. En este sentido, delante de conocidos y familiares, no se suelen preguntar temas relacionados con el sexo para no poner en evidencia la falta de conocimientos sobre el tema o el temor a sentirse ridículos o, simplemente, por pudor. Todo ello contribuye a que se mantengan creencias erróneas acerca del sexo.

     Vamos a intentar ayudaros a desmitificar algunas  las creencias erróneas más comunes acerca del  sexo:

     – La penetración o coito es la relación sexual más placentera: El sexo no solo se basa en la penetración y no siempre es lo que nos proporciona más placer.  Otro tipo de prácticas sexuales como el sexo oral, la masturbación… también proporcionan tanto placer sexual como la penetración o coito. Es fundamental mantener una buena comunicación con nuestra pareja porque nuestra satisfacción sexual depende de los gustos y preferencias que tenga cada un@.

        – Si mi pareja tiene algún problema sexual es porque no soy atractiv@ o es culpa mía: Muchas parejas que acuden a nuestra consulta creen que si su cónyuge tiene alguna dificultad en  fase del deseo o libido, excitación u orgasmo es porque han dejado de ser atractiv@s para su pareja o ya no le «ponen». Nada más lejos de la realidad porque existen problemas  o disfunciones sexuales  tanto en el hombre como en la mujer (falta de orgasmo, falta de deseo sexual, dolor en el coito, disfunción eréctil, eyaculación retardada, eyaculación precoz…) que no tienen nada que ver con el atractivo hacia nuestra pareja o que sean nuestra responsabilidad. Factores como la edad, el consumo de medicación o sustancias, miedo al embarazo, educación sexual, problemas físicos (diabetes, problemas tiroideos, menopausia…), problemas psicológicos (depresión, ansiedad…), etc. hacen que puedan surgir dificultades o disfunciones sexuales que no tienen que hacer sentir culpables ni a las personas que tienen algún problema o disfunción sexual ni a sus parejas.

       – La masturbación es cosa de hombres: Es un mito pensar que solo son los hombres los que se masturban. También las mujeres se autoestimulan y no hay que avergonzarse por reconocer, tanto hombres como mujeres, que se masturban. En ambos sexos, la masturbación nos permite sentir placer con nuestro cuerpo y desarrollar plenamente nuestra sexualidad, aprendiendo lo que nos gusta a nosotr@s  mism@s y facilitando a nuestra pareja que conozca qué partes de nuestro cuerpo, qué caricias… nos hacen sentir más satisfacción y placer. Por otra parte, en las relaciones sexuales con nuestra pareja, el que nos masturbemos puede contribuir a que nuestra pareja y nosotros mismos nos sintamos más excitad@s.

     – La masturbación es propia de personas sin pareja: Como acabamos de comentar en el punto anterior, masturbarnos mientras mantenemos relaciones sexuales con nuestra pareja aumenta el nivel de excitación y placer tanto nuestro como de nuestra pareja. Por otra parte, el hecho de que nos masturbemos y nuestra pareja no esté presente no es nada negativo. La sexualidad abarca un abanico de experiencias, dependiendo de cada persona y no se limita únicamente a la relación sexual con nuestra pareja, siendo la masturbación otra forma de satisfacer el deseo sexual.

          – Si el hombre eyacula en coito, ya se ha acabado la relación sexual: Otra creencia errónea muy extendida se basa en pensar que si el hombre eyacula, ya ha acabado la relación sexual.  No siempre el hombre y la mujer llegan al orgasmo a la vez, y es importante comunicar a nuestra pareja, sobre todo en el caso de la mujer, no fingir o dar por finalizada la relación. Una buena comunicación sexual ayudará a que el hombre continúe con caricias, principalmente en la zona del clítoris para que la mujer llegue al orgasmo. En otros casos,  hay otro tipo de prácticas sexuales sin haber coito o penetración vaginal  (caricias, besos, masturbación, sexo oral… ) que llevan a cabo las parejas para disfrutar y ampliar su vida sexual, no reduciéndola a la monotonía.

     – La «marcha atrás» impide el embarazo: No solo cuando se eyacula se liberan espermatozoides porque cuando un hombre está excitado, se libera líquido pre-seminal que también contiene espermatozoides que pueden fecundar un óvulo y transmitir enfermedades de transmisión sexual. Es fácil entender lo que estamos explicando con la siguiente frase «antes de llover, chispea».  Por otra parte, el hecho de tener que estar pendientes de cuándo el hombre está a punto de llegar el orgasmo para no eyacular dentro de la mujer interfiere negativamente en el placer sexual tanto de la mujer como del hombre.

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